Pese a las gélidas temperaturas, miles de personas desafiaron ayer al frío para reivindicar el derecho a la alimentación sustituyendo una comida a plato puesto por un bocadillo al aire libre. Un gesto solidario enmarcado en el día de ayuno voluntario y la popular campaña "Operación Bocata" organizada un año más por Manos Unidas en Zamora con su delegada a la cabeza, Pilar Gutiérrez.

Bajo el lema de esta edición, "Comparte lo que importa", la oenegé católica volvió a movilizar a un sinfín de establecimientos colaboradores y a casi un centenar de voluntarios para elaborar en el Seminario San Atilano cerca de 4.000 bocadillos de tortilla, queso o chorizo distribuidos por un donativo de tres euros en la plaza de Castilla y León.

"Compartir lo que importa es poner en común nuestra vida, nuestros bienes y nuestro compromiso por un mundo mejor, donde cada persona pueda vivir con dignidad", rezaba el manifiesto de la iniciativa leído por Blanca Flor Herrero. En esta ocasión, los fondos recaudados permitirán sufragar un proyecto de formación en técnicas agrícolas para jóvenes de Madagascar, el equipamiento de una escuela de Educación Primaria en la India y la promoción de la salud materno-infantil en un dispensario rural del país asiático. En este sentido, cabe recordar que la consolidada "Operación Bocata" de 2017 recaudó cerca de 30.000 euros en toda la provincia. Además, como en años anteriores, una nutrida representación del cuerpo de baile infantil del Grupo de Coros y Danzas Doña Urraca amenizó la "sobremesa" del encuentro solidario con algunas de las melodías y coreografías del cancionero tradicional zamorano y oriundas de Villalpando, Nuez de Aliste o Sayago.

Ya en horario vespertino, una eucaristía en la iglesia de San Vicente puso fin a la jornada central de la campaña cuyos actos concluirán mañana con una colecta especial en todas las parroquias y comunidades cristianas de la diócesis para seguir plantando cara al hambre.