Fue a finales del pasado mes de enero cuando desde el Gobierno se lanzó la idea de un MIR para los docentes. El propio ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, proponía en Santiago de Compostela, donde se celebraba la Convención Nacional de Educación del Partido Popular, el impulso de un programa de formación práctica tutorizada para acceder y "prestigiar" la labor docente. "Un MIR educativo de dos años", resumía el político, "en el que se trabajen todas y cada una de las funciones asociadas a la labor del profesorado".

De esta manera, Méndez de Vigo defendía que el objetivo de este sistema era "estudiar un cambio de modelo de acceso", en el que se evaluarían tanto los conocimientos como las aptitudes docentes, "una vez superada una fase de formación práctica", apuntaba en declaraciones recogidas por la agencia Europa Press.

De esta manera, sería necesario, una vez superada la formación inicial -con el grado y el máster de profesorado- establecer una primera prueba selectiva que "de forma objetiva evalúe los conocimientos de la especialidad, así como otros aspectos relacionados con la organización curricular y escolar, la gestión de centros educativos y la administración y legislación educativas", adelantaba el ministro del área.

Durante su intervención, el político insistía en que este nuevo sistema de acceso "debe ser estable, permanente y previsible, con una carrera profesional basada en los principios de mérito y capacidad y sujeta a evaluación". Así, tras esta fase de formación práctica se establecería una "segunda prueba práctica", lo que se refiere a la propia oposición, para comprobar la aptitud pedagógica del aspirante.