Un ganadero estará privado de su profesión durante dos años, periodo en el que no podrá ejercer un oficio relacionado con animales ni comerciar con ellos al haber cometido un delito de maltrato animal por dejar morir a 96 cabras de su rebaño y mantener en estado famélico a otras 300.

El hombre, que fue denunciado por el servicio de veterinarios de la Junta de Castilla y León tras realizar una inspección a su explotación ganadera, admitió ayer los hechos que le imputaba la Fiscalía Provincial, lo que le sirvió para ver reducidas las penas que se solicitaban inicialmente.

La Guardia Civil, que acudió a la explotación del cabrero, halló 96 animales muertos, así como un foso en el que había más cadáveres. El empresario mantenía a otras 300 cabezas de ganado vivas, aunque en un estado lamentable, muy delgadas y en completo estado de desnutrición y sin higiene. Las cabras disponían de escaso alimento y agua para sobrevivir. El hombre adujo en su favor, durante la investigación del delito, que las dificultades económicas por las que atravesaba le impedían atender su rebaño en condiciones óptimas, ya que tenía problemas de solvencia para cumplir adecuadamente con el mantenimiento de los animales.