Desde esta mañana figuran ya las nuevas placas de la calle "Federico Cantero Villamir", con las que se hace efectivo el cambio de denominación de la antigua calle de Alfonso Peña que transcurre desde las Tres Cruces a la estación del Ferrocarril, y en cumplimiento del acuerdo del pleno de agosto de 2016 en el que se acordó la supresión de dicha nomenclatura.

Los operarios del servicio de Obras y Mantenimiento del Ayuntamiento han procedido hoy al cambio de las placas existentes en todo el tramo de la calle, una vez concluido totalmente el largo expediente que conlleva esta modificación para una vía en la que están domiciliadas más de 350 personas en 12 portales, además de numerosos establecimientos comerciales.

En el mencionado pleno se acordó formalmente la supresión de la denominación de la calle de Alfonso Peña en aplicación de la Ley de la Memoria Histórica. Con posterioridad se presentaron varias propuestas para la asignación de la nueva nomenclatura, entre ellas la del secretario de la Asociación Ferroviaria de Zamora, presentada en mayo del pasado año en la que se proponía el nombre de Federico Cantero Villamil, en honor al ingeniero autor del proyecto de la línea ferroviaria de Zamora a Orense, por ser esta la vía de acceso a la estación del Ferrocarril.

Tras el dictamen favorable de la Comisión Informativa de Derechos sociales, a finales del pasado mes de octubre el alcalde, Francisco Guarido, firmó el decreto por el que se establecía la nueva nominación de la calle. Lo que se hace efectivo ahora una vez concluido el proceso administrativo en el que se han remitido las notificaciones correspondientes a las comunidades de vecinos de los 12 portales y los titulares de los distintos establecimientos comerciales radicados en dicha calle, así como a las empresas suministradoras de los servicios de luz, gas y agua; organismos públicos como el Catastro, Correos, Sacyl, Hacienda, Tráfico, INE; de seguridad ciudadana como Bomberos Policía Nacional o Policía Municipal; y los distintos departamentos interesados del propio Ayuntamiento, como Urbanismo, Recaudación, Obras o Patrimonio. Todo ello con el fin de que el cambio de denominación no tenga repercusión o incidencia alguna para el conjunto de sus vecinos