Una familia con uno de sus miembros afectados por TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad) gasta al año entre cinco y ocho mil euros más que los núcleos familiares sin este problema, debido a los gastos que ocasionan los tratamientos psicológicos, clases de refuerzo, medicación y otras necesidades.

El dato lo puso sobre la mesa María Cristina Peña, la burgalesa presidenta de la Federación regional de TDAH, acompañada por el vicepresidente, el palentino Juan Carlos Rojas y la zamorana Toñi López (presidenta de la asociación Karacol), en un receso del encuentro regional celebrado en Zamora, en el que reclamaron para el colectivo una mejor atención educativa, sanitaria y social por parte de las autoridades.

El TDAH "debe ser mejor atendido y entendido", explica, aunque no en todos los niños se manifiesta igual. Los niños hiperactivos son los que "en ocasiones pueden resultar molestos" porque "se levantan cien veces, no terminan las tareas, les repites cincuenta veces las cosas y no las hacen y sobre todo necesitan moverse". Los niños con déficit de atención "son los que parece que te están mirando pero están en las nubes, perdidos en su mundo interior". Y está "el combinado, que la mayoría de las veces viene acompañado de impulsividad. Niños que no tienen el stop metido en su cabeza: tiro la piedra y cuando está en camino es cuando digo, ay, la que he liado", exponía gráficamente Peña. La presidenta niega que esté sobrediagnosticado, aunque sí ocurre que está mal diagnosticado, ya que hay casos que en realidad no son y otros reales que no están diagnosticados.

En el ámbito educativo los padres echan en falta una normativa que contemple el TDAH como tal, un plan de respuesta efectivo en la escuela "más allá de las palabras bonitas", una adecuada formación de todo profesorado y más recursos como la pedagogía terpéutica.

En Sanidad reclaman que los afectados por TDAH sigan teniendo atención cuando llegan a la mayoría de edad "porque un trastorno no se pasa cuando cumples 18 años", denuncian la falta de prescripción de medicamentos que funcionaban "por motivos puramente económicos" y la carencia de personal suficiente, psicólogos y psiquiatras en las unidades de psiquiatría infanto juvenil, que atienden no sólo esta, sino otras muchas patologías.

Finalmente, en servicios sociales, la Federación reprocha que "el TDAH existe. Se entienden y atienden otros grupos sociales, se les ayuda económicamente, pero a las familias que nos está costando entre cinco y ocho mil euros para invertir en nuestros hijos no se nos ayuda".