La galga, finalmente sacrificada por el maltrato recibido, según la Fiscalía, había sufrido un atropello sobre el 18 de diciembre de 2015, accidente que le provocó la fractura del hueso cúbito y radio de una de las extremidades anteriores. La perra fue localizada por la Asociación Defensa Animal Zamora (DAZ) cuando vagaba, "con la pata colgando", por la carretera de la Aldehuela, zona alejada de la finca de su propietario, situada en la carretera de Almaraz, en el término municipal de Zamora.

Los integrantes de DAZ se encargaron de llevar a la perra a una clínica veterinaria para curarla de las heridas, que le provocaron ausencia de sensibilidad en la pata que llevaba fracturada. El veterinario le inmobilizó la extremidad, además de recetar analgésicos que, al parecer, le fueron entregados a su dueño junto con el animal auxiliado. Sin embargo, el imputado está acusado de haber hecho caso omiso de las recomendaciones del sanitario, de modo que el animal estuvo "sin recibir ningún cuidado sanitario básico, ni curación de la grave lesión que sufría", según consta en el escrito de la Fiscalía, que considera que es responsable de la extrema gravedad que llevó a decidir el sacrificio de la galga.