La pobreza energética vuelve a hacer estragos. Entre octubre y diciembre del pasado año, la provincia registró casi una decena de incidentes por intoxicaciones de monóxido de carbono. En concreto, nueve percances de esta índole se produjeron durante el último trimestre del año en Zamora, según los datos hechos públicos ayer por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente.

La cifra casi duplica la registrada durante el año anterior, cuando los Servicios de Emergencia actuaron por esta causa durante el mismo periodo de 2016 en cinco ocasiones. El sensible aumento también se reflejó a nivel regional acercándose al centenar de afectados, de los cuales dos fallecieron, en un total de 52 incidentes. León encabezó la luctuosa clasificación con 13 incidentes seguida de Zamora (9), Palencia y Burgos (7 cada una), mientras que Ávila (3), Soria (2) y Segovia (1) completaron el listado como las provincias con menor número de este tipo de sucesos.

Los datos ponen de manifiesto la cronificación de la pobreza energética, tal y como ejemplificaba la pasada semana el delegado episcopal de Cáritas Zamora, Antonio Jesús Martín: "Antes nos solicitaban el pago de algún recibo de la luz de forma esporádica, pero ahora pagamos más este tipo de gastos porque cada vez los ingresos de estas familias son menores".

Desde la Junta de Castilla y León recuerdan que el monóxido de carbono es un tipo de gas "prácticamente imperceptible" para los sentidos, puesto que no tiene olor y es invisible. De ahí que mantener siempre ventilada la estancia en la que se ubica este tipo de calefacción y revisar periódicamente los conductos de ventilación sean algunas de las recomendaciones emitidas para evitar el dolor de cabeza de intensidad progresiva, la desorientación, las náuseas y los mareos provocados por este tipo de intoxicación que en los últimos tres meses de 2017 se cobró la vida de dos personas en Castilla y León.