¿Cuánto vale la firma de un grafitero? El zamorano que rubrica paredes, cubiertas y todo aquello que se le tercia con la palabra "Ros" ha obtenido la respuesta en la sentencia que le condena a pagar 6.639,3 euros. Un valor que equivale al de la multa impuesta por la magistrada del Juzgado de lo Penal y a la tasación de los daños causados por el grafitero de iniciales C.A.F.G., en cinco fachadas de edificios de la capital y de instalaciones deportivas del Ayuntamiento de Morales del Vino.

En concreto, la juez le castiga a abonar una multa de 1.440 euros distribuidos en cuotas diarias de tres euros a lo largo de 16 meses, pena que se transformará en un día de privación de libertad si deja por pagar dos cuotas. Por lo que respeta a los desperfectos causados en los inmuebles, la valoración realizada asciende a 5.199,33 euros, la mayor parte relativa a los daños que sufrieron las propiedades de Morales del Vino.

La juez dictó sentencia sin haber podido escuchar al imputado, que no acudió a la vista oral -celebrada en su ausencia como permite la Ley, al solicitarse penas inferiores a los dos años de prisión-, para el que la Fiscalía exigía una multa de 3.240 euros y los 5.199,33 euros indicados.

La sentencia considera probado que el joven condenado es quien la noche del 11 de abril fue detectado por la Policía, momento en el que emprendió la huida, junto con otro joven al que no se le localizó. Sin embargo, el procesado, al darse a la fuga, abandonó la mochila que llevaba en la espalda con efectos que resultaron esenciales para su identificación y posterior arresto.

Al lado de la fachada que acaba de pintar con su firma "Ros", abandonó los espráis y la cuartilla que utilizaba para dejar el grafiti de su seudónimo. En la mochila, el carné de identidad, dinero e, incluso, su móvil.

El acusado admitió a los policías ser el dueño de la firma y que cuando le sorprendieron estaba pintándola, la misma que figuraba en los vestuarios del campo de fútbol de Morales del Vino, el muro del frontón y los cerramientos de las cubiertas del CEIP, daños cuya reparación supone el desembolso de 2.765,98 euros, de acuerdo con la tasación que se expone en la sentencia.

El joven grafitero, sin embargo, negó con posterioridad ante la juez, ser quien salió corriendo cuando vio llegar a la policía la calle en la que estaba dejando su rúbrica en una fachada. Contó que le habían robado una bandolera, en la que iba su documentación y el móvil para justificar que no era ninguno de los dos grafiteros que salieron corriendo cuando llegó la Policía. Del mismo modo, negó que los espráis fueran suyos.

Las cinco comunidades de vecinos de la capital que denunciaron los desperfectos de sus propiedades a causa de los grafitis del joven C.A.F.G. se hallan en la calle de Florián de Ocampo, número 20, donde pintó las palabras "Rai" y "RRos", cuya eliminación cuesta 92,60 euros: en los números 5 y 7 de la calle de Ávila, 450,16 euros; y a dos propietarios particulares, a los que debe abonar 1.500 euros, por los daños causados a un camión frigorífico, y 310,60, respectivamente.

El elevado coste de los desperfectos causados en las instalaciones deportivas de Morales del Vino y del camión frigorífico es suficiente como para considerar que existe un delito continuado de daños, reforzado por los grafitis que valorados de forma aislada no alcanzan un presupuesto de 400 euros para proceder a dejar limpias las fachadas sobre las que aparecen las pintadas.

La magistrada dejó fuera de esta sentencia la pintada "pederasta" que aparecía en la calle de San Alfonso, en el número 20, al no constar su firma ni poder acreditar que la hubiera realizado el acusado.