1.200 plazas de profesor es la cifra que se lanzaba el pasado mes de octubre desde el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) como previsión de plazas para el cuerpo de funcionarios docentes. Una puerta que se abre después de años sin oposiciones de Secundaria y que es vislumbrada por muchos aspirantes como una gran oportunidad para entrar en la función pública a través de la enseñanza. Y un proceso que destaca por su dureza. Desde el sindicato Aspes, Miguel Álvarez asegura que "la temida oposición es un camino largo y sinuoso, lleno de sobresaltos e imprevistos, aunque constituye el camino menos malo y supuestamente más objetivo que el actual sistema ha encontrado para que, funcionarios en activo, seleccionen a los aspirantes que consideren más capacitados para ejercer esa misma labor".

Álvarez critica que las plazas ofertadas son insuficientes "si se tiene en cuenta que en los últimos nueve años los opositores de enseñanzas medias solo han tenido dos oportunidades en 2010 y 2015", recuerda. Esto ha provocado que la plantilla de Secundaria "esté cada vez más envejecida, con muchas jubilaciones sin reponer y un porcentaje elevadísimo de profesorado interino", describe. Esta proporción ronda el 30%, lo que provoca que muchos centros tengan en su plantilla más de la mitad de profesores en situación de interinidad, "algunos de ellos a media jornada e incluso menos horas semanales", precisa.

Con este grupo, además, surge otra disyuntiva, puesto que se "enfrentan" en las oposiciones a aquellos que aspiran a entrar en el sistema y las opiniones varían entre si el acceso debería beneficiar más al interino que ya se encuentra en lista y ha trabajado o si eso es una injusticia para los opositores que todavía no tienen puntuación en el apartado de la experiencia. "Es cierto que el interino ha demostrado en su día a día que está capacitado y la obtención de plaza a veces es circunstancial y arbitraria, pero no menos cierto es que, a día de hoy, promociones enteras recién salidas de su formación académica tienen prácticamente imposible acceder a una plaza sin los puntos que otorga la experiencia", razona el representante de Aspes Zamora.

Pero esta situación no solo ha repercutido en los opositores, sino también en la plantilla con una plaza fija. La crisis ha sido la excusa perfecta para frenar las convocatorias, lo que, unido a los decretos de racionalización de la administración, además de recortes salariares ha provocado "tres medidas demoledoras para las esperanzas laborales de miles de aspirantes, como son el incremento horario a cada profesor de dos horas lectivas impartidas, el aumento de la ratio, con más alumnos por clase, y el no cubrir las bajas de menos de quince días", enumera Miguel Álvarez.

"El resultado de todos estos planteamientos es un excedente de profesores queriendo trabajar y una carga extra para los que están en activo", resume el delegado provincial de Aspes. Una situación que, en parte, cambiará tras las oposiciones del próximo año.