Muchos edificios zamoranos, no solo públicos, suspenden en accesibilidad general cuando se agota el plazo legal dado por el Gobierno. El 4 de diciembre es la fecha tope fijada por la ley aprobada en 2003 para que todos los servicios y entornos de interés sean accesibles. Han pasado catorce años y muchos edificios todavía no son accesibles a toda la población, indica la agencia Ical.

La situación de la capital zamorana por lo que a la accesibilidad se refiere es manifiestamente "mejorable" y, con cierto carácter piadoso, "recibe un aprobado raso, a tenor de las dificultades que deben sortear las personas con movilidad reducida y otras discapacidades".

Son muchas las personas que se enfrentan cada día a numerosas dificultades para moverse por ciudades que no piensan demasiado en sus necesidades. Entre ellas, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Zamora, María Eugenia Cabezas, que se encuentra en una situación especial para analizar la realidad de forma certera. No en vano se mueve desde hace dos décadas en silla de ruedas. "Se ven esfuerzos por parte de las instituciones y de espacios privados para adaptar pero queda mucho por hacer, empezando por las calles", reconoce a Ical.

"Ahora yo formo parte de una institución y puedo llamar mejor la atención de las autoridades que, a menudo, no tienen una voluntad firme de arreglar las cosas, aunque también es verdad que hay veces en las que, simplemente, no se dan cuenta. A mí me pasa con otras discapacidades. Todo debe ser accesible para todas las personas, independientemente de sus circunstancias, permanentes o puntuales", apunta.

El Museo Etnográfico de Castilla y León y el Museo Provincial no presentan problema de accesos, al igual que las sedes de las principales instituciones, en general, aunque con ciertas limitaciones en accesos interiores en la Diputación de Zamora -edificio histórico-, la Subdelegación del Gobierno y el Ayuntamiento, también inmueble protegido. "Tenemos un elevador al primer piso pero no podemos ir al segundo. Nuestra idea es hacer un ascensor cuando sea posible", precisa Cabezas en relación a la Casa de las Panaderas. "En la Subdelegación del Gobierno, el ascensor es muy pequeño y necesitamos desmontar parte de la silla de ruedas para entrar", anota.

La estación de autobuses es accesible pero la adaptación de los propios autobuses "no lo es tanto" y la estación de trenes también recibe la observación de que el ascensor que conduce a los andenes tiene poca capacidad. Añade Cabezas que la Ciudad Deportiva es "relativamente" accesible, el nivel de acceso en los cines es "correcto" y los parques y jardines presentan "bastantes deficiencias", con bordillos y desniveles que dificultan notablemente el tránsito de personas con movilidad reducida.

Para ir de copas o de tapas por Zamora, "solo hay unos cuantos lugares" es los que se ha tenido en cuenta este aspecto. "La gran mayoría tienen escalones y tienes que depender de otras personas que te ayuden", indica la edil. "Yo llevo veinte años en silla de ruedas y, evidentemente, en este tiempo la situación ha mejorado en general", señala.

El Observatorio de la Discapacidad señala que la accesibilidad es "fundamental" para un diez por ciento de la población, es "necesaria" para otro 40 por ciento y es "confortable" para el cien por cien. "Y es que, primero, se trata de un derecho y es algo que no solo beneficia a las personas con discapacidad sino al conjunto de la sociedad. Todas las asociaciones de personas con discapacidad hagan referencia a las leyes y normas pero, sobre todo, a la concienciación. No en vano, aseguran que la accesibilidad es cosa de todos y consideran que hasta que no esté interiorizada no habrá una verdadera sociedad inclusiva".