El maltratador debe cumplir la condena que le imponga la juez, no deben sustituírselas por otras medidas, como los programas psicosociales "porque no generan un cambio y en ellas aprenden a maltratar mejor, sin dejar rastro", declara el psicólogo zamorano José Sevillano Rodríguez, quien incide en que, cuando hablamos de violencia de género, lo hacemos de poder y dominación".

Las sustitución de penas debe descartarse, de lo contrario el maltratador "considera, aprende que no le han castigado" por la conducta violenta que ha tenido con su pareja. Los condenados por violencia de género viven este tipo de medidas como algo menor, que para nada suponen un reproche penal y social, su actitud responde a "voy a un grupo de terapéutico, participo lo mínimo", con lo que "no cambia sus creencias, las que determinan su forma de pensar, de comportarse y de sentir", agrega el psicólogo zamorano.

El profesional estima que es fundamental, para intentar combatir esta lacra social, que se cumplan las medidas impuestas por el juez en sentencia, al tiempo que el violento machista pueda acceder a programas de ayuda especializada en violencia de género, "a un proceso terapéutico individualizado o de grupo, pero con profesionales que conozcan muy bien este tipo de comportamientos, expertos". Sevillano Rodríguez subraya la importancia de conocer la historia personal del hombre maltratador, una historia con la que habrá que trabajar porque "suelen haber tenido en su vida experiencias relacionadas con un evento traumático continuado, de modo que, si ha visto a su padre comportarse así, si ha sido poco afectivo, no atendía sus necesidades emocionales o las relaciones", su forma de relacionarse seguirá esas mismas pautas.