Las danzas del paloteo, que aparecen ya documentadas en obras de dramaturgos de los siglos XVI y XVII, están relacionadas con la agricultura, propias como eran de labradores, cuya incorporación a las procesiones levantó polémica entre los integrantes de la Iglesia Católica, ya que no todos estaban de acuerdo con ello. Caro Baroja relaciona estas danzas de paloteo castellanas con la jorrai dantza y zagui dantza propias de Euskadi, en las que "sale un botarga o tipo especial, de aire a veces burlesco, al que se le baquetea y da muerte aparente en ocasiones". Del mismo modo, el antropólogo, historiador y lingüista vasco las remite, además, a las saliares de Roma, que se ejecutaban para "excitar el crecimiento de las plantas, mediante saltos y golpes rituales sobre la tierra" y para "expulsar a los espíritus malignos en general". Todo ello, explica Bernardo Calvo Brioso en el coleccionable del periódico "Mascaradas de Invierno en la Provincia de Zamora", se hacía en honor a Mamurius Veturius, "Viejo Marte". En Castilla, integrados en cofradías religiosas los agricultores, había danzas de palos, de cintas y de espadas en las celebraciones patronales. El siguiente fascículo del coleccionable aborda estas cuestiones, en la obra de Bernardo Calvo Brioso con los patrocinios del Patronato de Turismo de la Diputación y Caja Rural que se entrega mañana sábado. El ejemplar se obtiene de forma gratuita con el diario LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.