El poeta Ángel Fernández Benéitez presentó este domingo su último poemario "Jallos con cierto interés retrospectivo (1986-2008)", en el Museo Etnográfico de Castilla y León, un acto en el que estuvo acompañado por los poetas Jorge G. Villasante y Pablo García Malmierca con lectura de algunos versos por parte de Carlos Esteban Rubio.

-El poemario "Jallos" supone su última incursión editorial.

-Sale ahora porque se pusieron en contacto conmigo desde la editorial y le entregué un material que tenía. Seleccioné poemas, algunos editados de manera dispersa y pensé que era la manera que saliera en un mismo paquete editorial. Todo libro es una continuación de otros libros y había textos que Máximo Hernández mencionó en el prólogo de "Perdulario" que me daban pena que se quedaran dispersos.

-¿Qué pesa más, lo publicado o lo inédito?

-Pesa todo por igual, pero lo que proceden del tiempo más remoto quizá tenga la desventaja de que estar menos centrados en el momento actual.

-Formalmente, ¿son todo poemas?

-No, pues la ultima parte del libro que está dedicada a poemas zamoranos y tiene un carácter narrativo en verso porque es un poema muy largo y en mi opinión, los poemas extensos tienen muy mala cabida en los libros. El lector no se enfrenta a ellos, sino que se pone en guardia. Esta parte está dividida en párrafos, pero es un único texto que viene a ser un homenaje a Claudio Rodríguez, aunque no se le cita, pero a buen entendedor? Los dos primeros textos dedicados a poetas cercanos sí se habían publicado, el de Jesús Hilario Tundidor y el de Waldo Santos. Los recupero porque están bien y los otros eran textos dedicados personalmente, son pequeños textos que comentan la obra de Juan Manuel Rodríguez Tobal, Máximo Hernández, Tomás Sánchez Santiago y el último es para Claudio. Son muy poetas más próximos y es una ocasión para reconocerles.

- Los poemas pertenecen a épocas muy diversas y ¿ las temáticas también son muy amplias?

-Son poemas escritos entre 1986 y 2008. Las dos primeras partes del libro tienen que ver con mi vida en Lanzarote y el resto más en Zamora. El término canario "jallo", que adopto en el título del libro, se refiere a todo aquello que arroja el mar a las orillas y quien lo encuentra, decide si se puede aprovechar. El libro, que tiene un componente sentimental, es la recapitulación de textos que tienen una unidad que es el tiempo, pero el primer tramo "Isla" es paisajístico y casi abstracto, mientras que, por ejemplo el segundo, tiene algo de carácter erótico. Además, la parte de Lanzarote es muy distinta a "El sistema en la niebla" o bien "Al ajuar de la noche", que tiene un aire urbano.

-¿Varia la métrica que emplea?

-No, yo opto por el imparisílabo pues me sale de esta manera más natural. Además, en mis poemas siempre ha estado presente la naturalidad del lenguaje, que no sea formado sino que sea casi una fórmula lo más coloquial posible. En este libro la primera parte todavía no está cuajada esa manera de decir, pero a medida que avanza la obra se va acercando a la naturalidad que defiendo e incluso el último poema carece de puntuación, es todo absolutamente seguido para que lo entone quien quiera con su propio ritmo, con su propio ritmo, su tic-tac dado que el mío es imparisílabo. (Risas).

-¿Es el libro de poemas más personal de los que ha publicado?

-Al ser un recorrido por varias etapas de mi poética puede tiene ese valor sentimental y quizá por eso el libro más personal. Mi almacén tiene mucho material todavía, aunque creo que ya he dicho todo lo que tenía que decir, quizá este libro es un remate en que incluiría "Índico en invierno" que no sé si verá la luz.

-La publicación se complementa con una serie de ilustraciones.

-Las ha hecho Emilio Benéitez, que ha entendido muy bien el panorama del libro y ha hecho unas ilustraciones muy personales. Son imágenes cubistas que pueden parecer no relacionadas. pero tienen una vinculación con mis versos. Él ya me hizo tres ilustraciones para el poemario "Oscuras epopeyas", por lo que está acostumbrado a mi poética. En cuanto a la portada es de Hirao a quien le propuse hacer una ilustración y me dijo que le apetecía. Su propuesta puede resultar extraña, pero, en su estilo personal, tiene que ver con el contenido del libro. Hirao ha optado por un personaje que sostiene en sus manos un recipiente que guarda algo.