La actriz Petra Martínez pone en escena el monólogo "Una mujer en la ventana" que reflexiona sobre la soledad pero "siempre con una sonrisa", remarca la polifacética intérprete

-La soledad es uno de los temas que aborda en la obra que representa

-Es una obra muy tierna y dulce, pero también con momentos muy trágicos porque trata de una mujer que está haciendo la selección de las cosas que se puede llevar a una residencia. No es un montaje que hable de los refugiados, pero tiene que ver con ellos, tiene que ver también con la emigración y con exilio que supone irte de tu casa durante más de 40 años por circunstancias ajenas a tu deseo.

-Usted está sola sobre la escena.

-Es un monólogo en el que inicialmente ella habla con un pájaro, pero nosotros hemos optado por que mi personaje parezca que está sola pero de vez en cuando hablo con el público sin esperar respuesta. Personalmente lo encuentro mucho más divertido y el público se mete mejor en el montaje del que sale muy conmovido y también divertido porque esta mujer es muy alegre. Hemos optado por una interpretación lo más natural posible para que parezca que el público se está asomado a una ventana viendo a esa persona en su casa.

-Por lo tanto el público es un voyeur.

-Exactamente, pero los espectadores se sienten muy implicados porque ven el drama de la mujer que no puede llevarse todo lo que desea.

-Usted no es la primera vez que se enfrenta a este texto.

-Lo hice hace más de 30 años y hemos vuelto a él porque yo tengo ahora la edad del personaje y quería saber qué había pasado por mi cuerpo desde hace 35 años. Este personaje me ha marcado de tal forma que mi casa es muy funcional con muy pocas cosas porque llenar una casa de recuerdos también es un peso.

-Interpretativamente esta mujer...

-Se ajusta a la gama de papeles que a mí me gusta hacer. No obstante, cambia mucho de estado de ánimo. Está muy mal, pero de inmediato reacciona con una sonrisa. Me gusta dar vida a esta antiheroína que es una heroína, aunque tu no lo percibes cuando te la cruzas por la calle porque no ves los problemas de la gente.

-Desde su punto de vista ¿es necesario que el teatro otorgue visibilidad al drama de la vida?

-La gente le asusta la palabra drama, no quiere que se pronuncie. Los montajes que reflejan la vida misma al público le interesan, pero en este caso se plantea un drama, pero con la perspectiva de que a todo se le puede dar la vuelta. Ella es un drama en sí, pero rápidamente quiere estar alegre, busca la parte más graciosa del momento... hemos hecho un personaje muy optimista, aunque la situación de fondo es muy dramática. Al acabar la obra planteamos que en breve seremos muchos más los mayores de 65 años en la población, por lo que sería muy interesante pensar que igual que hay colegios e institutos en distintos barrios es necesario que se hagan residencias donde la gente de la zona esté en su ambiente.