La Policía Nacional de Zamora, a través de la Unidad de Familia y Mujer, ha detenido a dos menores, de 15 años de edad, por ser los presuntos autores de los delitos de revelación de secretos y distribución de pornografía infantil.

La investigación se inició cuando varios docentes y padres de alumnos dieron la voz de alarma sobre las fotografías de una menor desnuda que circulaban en la red a través de la aplicación de mensajería instantánea Whatsapp. "La joven había enviado las fotos de manera voluntaria, mediante un mensaje privado por la red social Instagram, a un menor que conoció a través de la misma aplicación. El chico que había recibido las imágenes las reenvió a un amigo suyo", relata la Policía

Tras recibir la denuncia de la joven, los agentes iniciaron una investigación para identificar a los responsables de la difusión de las fotografías. Tras las primeras indagaciones, los policías averiguaron que la menor, de 13 años, se había fotografiado en actitud erótica de manera voluntaria y había enviado las imágenes al chico que conoció a través de Internet, "sin ningún tipo de coacción por su parte". Posteriormente, el receptor de las fotos las envió a un amigo suyo, sin consentimiento de la joven, a través de la aplicación de mensajería instantánea para teléfonos móviles, lo que originó una difusión en cadena de las fotografías.

Tras varias gestiones, los agentes lograron identificar, localizar y detener a los dos menores de 15 años, como presuntos autores de una revelación de secretos y distribución de pornografía infantil, siéndoles intervenidos los terminales telefónicos que utilizaban. Tras prestar declaración en dependencias policiales, ambos fueron puestos en libertad y entregados a sus representantes legales, a la espera de ser citados por la autoridad judicial.

La Policía recuerda que hacerse fotos de carácter erótico y compartirlas es siempre un error. En el caso de los menores puede ocasionar situaciones de chantaje o ciberacoso sexual o acoso en el entorno escolar. Redistribuir este tipo de imágenes de otras personas con el fin de perjudicarles es delito. Si un menor sufre alguna situación de este tipo, recuerda la Policía, "debe informar a sus padres y denunciar los hechos en Comisaría".