El experto José Manuel Sánchez Ron impartió ayer una conferencia dentro de las VII Jornadas de Claudio Rodríguez titulada "Lo científico y lo poético, entre la creatividad y la innovación".

-¿Qué es para usted la creatividad?

-Es producir algo que no existía antes, pero no somos magos, sino que creamos con palabras ideas, argumentos o en el campo de la ciencia creamos leyes que codifican regularidades que observamos en la naturaleza pero antes de eso hay que observar e identificarlos estos fenómenos. La innovación también es un tipo de creatividad, aunque es más cercana al mundo de la ciencia y la tecnología que al mundo artístico. Stefan Zweig decía que existían dos tipos de grandes creatividades el modelo Mozart, que es aquella que aparentemente surge sin esfuerzo, mientras que el modelo Beethoven es aquel que conlleva un trabajo detrás si se analiza las partituras del músico tenía mil anotaciones. Un ejemplo de Mozart fue Ramanujan, un matemático hindú de origen humilde, mientras que de Beethoven sería Darwin, uno de los grandes de la ciencia que llegó a la Teoría del Origen de las Especies porque fue un obseso recolector de datos que luego articuló con algunas ideas, desde luego importantes, para producir esa teoría.

-Esta creatividad ya sea entendida como modelo Mozart o Beethoven, ¿socialmente está valora?

-La creatividad científica, entendida como actividad científica, está mucho menos apreciada socialmente. Se valora mucho la creatividad artística, ya sea literaria, pictórica o musical... y a veces es menor porque no a quien lo hace se le puede llamar siempre creador. Si aportara una lista de importantes científicos la mayoría la población desconocería muchos nombres. La apreciación de la creatividad científica tiene otras dimensiones y el receptor tiene que estar familiarizado. Una novela te cuenta una historia y te puede conmover, pero la creatividad de una teoría científica o de un teorema matemático requiere una formación de manera que hay una dimensión que lo hace más extraño.

-Pero a veces esos teoremas o teorías lo que hacen es mejorar nuestra vida.

-Por eso es una situación injusta, aunque la podamos comprender. La ciencia requiere de un lenguaje y una formación específica, pero ¿forma parte de la cultura? Para mí de una forma mucho más difícil y mucho más escasa.

-La ciencia ¿puede llevar a conmover?

-Puede haber puntos de contacto entre los distintos tipos de creatividad. El neurólogo Oliver Sacks era capaz contando historias, que eran casos clínicos, de iluminar y conmover al igual que Carl Sagan, un notable astrofísico, o Stephen Jay Gould, un paleontólogo estadounidense, geólogo y biólogo evolutivo que tuvo la capacidad de emocionar con su arte narrativo.

-Desde su punto de vista ¿existe belleza en la ciencia?

-En arte existe el feísmo o el cubismo, una belleza conceptual, mientras que en ciencia no creo que para encontrar la verdad en una fórmula o teoría deba ser bella.

-Usted publica ensayos que aproximan el saber científico a la sociedad, pero ¿de qué otra manera se puede acercar a la población a ese conocimiento?

-Hay divulgadores profesionales, entre los que yo no me identifico porque prefiero considerarme un historiador de la ciencia (risas) pero la mejor divulgación sería a través de científicos. No obstante, el primer deber que tiene es hacer ciencia. Además, desde mi punto de vista, no están obligado moralmente a hacer más, pero afortunadamente son más los buenos científicos que en algún momento dedican algo de su tiempo a escribir libros o ensayos sobre ciencia.

-¿Y cómo dio usted ese paso?

-Yo empecé como físico y me gané plaza de profesor titular de Física Teórica, pero me di cuenta de que valía más para escribir y valía más para escribir y reconstruir y hacer entender cómo hacía sido la historia de la ciencia. Me esfuerzo porque el sustrato, lo que cuento, sea riguroso y escribir de manera que atraiga a los lectores, que sientan que tienen que ver con ellos lo que escribo, algo que vale para filosofía, historia, literatura...

-La historia de la ciencia es un ámbito que se estudia poco.

-La historia de la ciencia es un buen instrumento en la formación, aunque desconozco cómo está la situación en Secundaria y Bachillerato. Yo soy desde 1994 Catedrático de Historia de la Ciencia, pero ya no hay enseñanza en mi facultad de la Universidad Autónoma de Madrid por los planes de Bolonia.

-¿Debería otorgarse el Premio Nobel de Literatura a un experto que escriba de ciencia?

-Evidentemente, más tras dárselo a Bob Dylan. No obstante, tendría que tener unas cualidades que son más infrecuentes en el campo de la ciencia que en campo de la literatura y la poesía.