Es mucho más que un documental. Se trata de un sentido homenaje a través de imágenes y recuerdos de los vecinos que, hace ya medio siglo, se convirtieron a su pesar en protagonistas de la historia reciente de Zamora, cuando se les instó a abandonar sus casas y dejar que su pueblo, Argusino, quedara sepultado bajo las aguas. Un sacrificio por la modernidad, para la construcción de una nueva presa. "Argusino. Cincuenta años después", fue proyectado en el foro del periódico con la presencia de su director, el sayagués Jesús Villar, y muchos de los protagonistas de la historia, tanto la real como la que se interpreta en esta producción.

El valor de este trabajo, que se presentaba por primera vez en la capital -tras su estreno este verano en la comarca de Sayago- radica no solo en lo que cuenta, sino en las circunstancias en las que se trabajó. "La falta de recursos técnicos y que los actores no eran profesionales, complicó la grabación. Había cansancio, hacía mucho calor, los micrófonos a veces no se oían bien por el viento y cada plano había que repetirlo varias veces", recuerda Villar, quien tiene un agradecimiento infinito a los protagonistas, un abuelo y dos niños que le acompañan en sus recuerdos del pueblo.

Y es que el director, con amplia experiencia como técnico en televisión, tenía claro que quería hacer algo diferente. "Lo fácil hubiera sido hacer un documental con entrevistas, porque hay muchas personas que quieren hablar, con multitud de anécdotas, pero era una fórmula muy trillada y surgió la idea de los nietos con el abuelo, que les explica a estas nuevas generaciones lo que pasó allí hace cincuenta años", resume.

Antes de este trabajo, el director ya tenía una relación con este suceso. "Recuerdo todo lo ocurrido cuando era pequeño. Yo estaba en Palazuelo y viví el drama de la comarca, aliviado de que no hubiera sido muy pueblo", confiesa. Como amante confeso de Sayago, ha dedicado parte de su vida a recuperar la cultura y las tradiciones de esa tierra, siendo incluso el creador de la web www.sayago.com. "Mi vida, de algún u otro modo, siempre ha estado ligada a esta comarca", asegura.

Pero quizá este ha sido uno de sus trabajos más complicados. "Cuando lo ves acabado, echando la vista atrás y sabiendo todo el esfuerzo que ha costado, le das más valor. Por eso no puedo ser objetivo", confiesa. Los que sí lo son todas las personas que ya han disfrutado de este documental. "Yo necesitaba la presencia del espectador neutral, para saber que había merecido la pena el proyecto", argumenta. Y la respuesta no ha podido ser más satisfactoria. "Muchos tras la proyección venían emocionados a darme las gracias, con lágrimas en los ojos y contándome un montón de anécdotas nuevas. Ellos han vivido el drama durante muchos años, perdiendo no solo sus casas, sino sentimientos", asegura.

Por último, Villar reconoce que durante este año se han realizado, gracias al colectivo cultural Argusino Vive, multitud de actividades que han dejado clara la implicación de toda la comarca con estos recuerdos. "Todos los eventos se han realizado un esfuerzo increíble", valora el director, pero añade que este trabajo puede ir un poco más allá. "El documental quedará grabado y de alguna manera permanecerá muchos años, dejando una memoria física de todo lo que fue Argusino", finaliza.