Victorino Mayoral hace balance del primer año de la Red de Escuelas de Ciudadanía, que se está dando a conocer por toda España.

-¿Cómo valora los primeros pasos de esta iniciativa?

-Nos hemos centrado en divulgarla y ya contamos con un centenar de socios.

-Entre ellos también están importantes ONG.

-Y tan importantes como Amnistía Internacional o Intermón Oxfam, que disponen ya de programas elaborados sobre temas relacionados con la educación cívica. Otra singularidad es haber desarrollado debates entre alumnos con educación, lo que crea un enriquecimiento impresionante, relacionado con la ciudadanía, la conquista de derechos y la solidaridad.

-¿Se han interesado más colectivos?

-Tendremos una reunión con el movimiento LGTB, ya que están muy interesados por los problemas de discriminación y homofobia que sufren. Vamos recogiendo recursos y todo ello se almacena para poder ser utilizado.

-¿Los profesores se implican?

-Por supuesto, aunque existe un cierto grado de pesimismo en el ámbito escolar y se nota. Pero creo que hay muchos profesores que son vocacionales y trabajan estos temas.

-¿Cuáles son los motivos por los que esta educación ha quedado relegada?

-Considero que existen dos, principalmente. Por un lado, este tema ha sido debatido en la sociedad española y combatido, con una campaña en contra de la educación para la ciudadanía. Era auténtica obsesión lo que algunos por reducirla a la mínima expresión. En el sistema educativo es una alternativa a la religión, por lo que no se imparte a todos los alumnos. Por otra parte, se encuentra el conjunto de valores predominantes en la sociedad actual, con el individualismo y la competitividad a la cabeza. También hay que tener en cuenta la precarización de los trabajos y la inseguridad vital. Todo ello redunda en incentivar la teoría del "sálvese quien pueda", todo lo contrario a lo que propugna la ciudadanía, rica en el ejercicio de derechos y libertades.