Un día de fuego y una eternidad inerte. El coste de los daños medioambientales en los incendios forestales es incalculable. Sí se pueden cuantificar los daños personales y materiales, incluso la superficie de terreno afectada. Pero una vez se reúnen todas las cifras, tan solo queda la ira de municipio afectado y muchos años de espera para que la vegetación y la fauna se recuperen. Las ayudas gubernamentales y regionales llegan, pero a cuentagotas e insuficientes. Y para muestra, el botón. Los planes de recuperación forestal para grandes incendios -a partir de 500 hectáreas quemadas- impulsados por el Ministerio de Medio Ambiente apenas han conseguido recuperar un 10% del monte calcinado en Zamora desde el año 2004.

Un ejemplo que ilustra la problemática a la que se enfrentan aquellos pueblos afectados por los incendios se encuentra en Porto de Sanabria, durante el nefasto otoño de 2005 en que se encadenaron en apenas unos días tres incendios intencionados. El primero, declarado el 26 de septiembre, asoló 3.006 hectáreas; el segundo, el 1 de octubre, calcinó 4.650; y el tercero, el 9 de octubre, se llevó por delante otras 540 hectáreas. Por todo este daño medioambiental, el Ministerio concedió un año más tarde una ayuda de 259.998 euros para la recuperación de 274 hectáreas y teniendo en cuenta únicamente el primero de los fuegos declarados.

En el año 2012, igualmente, Pedralba de la Pradería sufrió el sinsentido de los pirómanos y vio cómo ardían 2.571 hectáreas durante tres días. En el plan de ayudas contra grandes incendios del Ministerio se incluyó una partida de 478.260 euros para la recuperación de 230 hectáreas de terreno para tratamiento selvícola, mejora de las pistas y regeneración de pastizales. Apenas llegaba al 9% de la superficie calcinada.

A estas cifras habría que añadir el dinero que moviliza la Junta de Castilla y León, aunque sobre esto todavía no existe una base de datos.

La minuta de los pirómanos

Se habla de hectáreas, de casas, de granjas, de explotaciones, de cabezas de ganado, de personal movilizado y de maquinaria, pero los balances sobre incendios forestales rara vez incluyen el coste económico que supone la acción de los pirómanos. Un daño que, sumado al medioambiental, supone una auténtica losa para todos los ciudadanos. La Fundación Civio ha realizado una investigación con datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) y las conclusiones son devastadoras. En los años transcurridos durante este siglo XXI, el coste económico de los incendios sufridos en la provincia de Zamora se acerca peligrosamente a los cinco millones de euros. A ello habría que sumarle los daños de los grandes fuegos que se han producido durante los últimos dos años y que no están contabilizados para arrojar una cifra que traspasa toda lógica.

En el conjunto de Castilla y León, este coste económico se eleva hasta los 31 millones de euros. Tan solo las provincias de León y Salamanca acumulan más pérdidas que Zamora en materia de incendios forestales. Y es que el noroeste peninsular pasa por ser la principal zona de acción de los pirómanos, que año tras año continúan haciendo un daño irreparable a los municipios de Zamora y a su medio ambiente.