Nació en Lima en 1975. El exilio de su padre truncó su infancia y desde los dos años vivió en México deportado junto a su familia. A los nueve regresó a Perú, donde fue testigo del terrorismo entre la organización marxista Sendero Luminoso y el Estado. Tras licenciarse en Lingüística y Literatura, a los 25 años cogió las maletas y emigró hasta Madrid poco antes del estallido de la crisis económica. Desde hace una década reside en Cataluña, donde sigue de cerca el "procés". "Creo que todo es culpa mía", bromea. Santiago Roncagliolo recalaba en las últimas horas en el salón de actos de la Biblioteca Pública del Estado para protagonizar una nueva jornada de la decimosexta edición de los Encuentros Literarios, enmarcados dentro del Plan de Fomento de Lectura.

La muerte, la violencia, la incomunicación, la soledad o la pérdida de la inocencia son algunos de los "oscuros" temas abordados en sus novelas con un toque de humor negro.

"El primer libro que escribí creo que batió el récord mundial: fue rechazado por catorce editoriales en cuatro países; el segundo fue rechazado con menos énfasis", apunta son sorna. Estaba "desesperado y harto de fracasar". De ahí que aceptara escribir su primer libro sobre el Amazonas sin haber estado nunca en el Amazonas. "Un editor me propuso publicar una novela sobre un río porque era el tema de colección de ese momento y no podía decir que no", confiesa. Pero había un problema: no tenía ni dinero para ir ni papeles para volver. Entonces, se empapó de otros textos anteriormente escritos. Hace años tuvo la oportunidad de ir allí a hacer un reportaje periodístico: "Sigue como lo inventé, eh". La verosimilitud de "El príncipe de los caimanes" fue tal que sus textos fueron citados por otros escritores en libros de viajes: "Eso me hizo sentir como un estafador durante mucho tiempo pero también me enseñó que podía mentir durante 300 páginas, que es lo que más o menos hace un escritor", manifiesta.

Reconoce que los libros siempre le dieron "un mundo mejor donde vivir por un rato", ajeno a las redadas y masacres habituales de su niñez, por eso en su adultez comenzó a escribir a modo de terapia, "como una especie de exorcismo en la que sacas las cosas que te inquietan". Ahora, además de novelista, es periodista de investigación, guionista de telenovelas y asesor político, entre otras facetas. Tras el encuentro literario, Roncagliolo aseguraba haber aprendido él más que los alumnos en una cita enriquecedora: "Espero que el hecho de que vengan escritores también les anime para seguir leyendo tan bien como lo hacen". Próxima invitada: Elvira Sastre.