El edificio de los antiguos almacenes de García Casado volvió a dar un susto a los viandantes del entorno de Santa Clara y San Torcuato al desprenderse parte de su fachada durante este fin de semana. Un suceso que obligó a intervenir a los bomberos, que procedieron a desescombrar los cascotes y asegurar el perímetro. No es la primera vez que ocurren este tipo de situaciones en el mismo edificio y, de hecho, el Ayuntamiento de Zamora ya se vio obligado a requerir a los propietarios en el pasado un arreglo para asegurar la zona.

Las estadísticas sobre el estado de conservación de los edificios indican que los barrios más afectados por la deficiencia o ruina se encuentran en los entornos del Casco Histórico y el barrio de La Horta. Dos zonas donde la degradación y la dificultad para acometer obras de mejora debido a la obligación de ajustarse a los parámetros del Plan Especial hacen que sean más proclives a sufrir este tipo de situaciones. Cabe destacar que en este tipo de censos tan solo se contabilizan en las tres categorías anteriormente mencionadas -malo, deficiente o ruinoso- los inmuebles que estén habitados, por lo que no se incluyen aquellas casas o bloques que directamente están abandonados.

La mayoría de estas viviendas se someten de manera anual a una revisión a fondo debido al peligro potencial que presentan para sus residentes, en el caso de estar habitadas, como para los paseantes o propiedades anejas ya que, en la mayoría de los casos, se encuentran deshabitadas. Además, a todo esto hay que sumar los exámenes correspondientes a la Inspección Técnica de Edificios (ITE), responsabilidad directa de los propietarios. La medida constituye un chequeo general del edificio en el que se valora como primordial su seguridad estructural, su salubridad y las condiciones mínimas de habitabilidad.