La mayor parte de las víctimas mortales en accidentes de tráfico en las carreteras zamoranas, el 20%, se registraron en la N-122, seguida con el 14% de fallecidos por los caminos y vías rurales sin denominación, la A-52 registró el 8% de las víctimas mortales y la A-6 el 6%. Son los datos facilitados ayer por el subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo y el jefe provincial de Tráfico, Eduardo Polo Alejos tras el análisis del último lustro (2013-2017), facilitado ayer las la reunión de la Comisión Provincial.

En los primeros siete meses del año los accidentes con víctimas en caminos o vías sin denominación suponen el 27% , casi el doble que la A-52, que con el 14% de los siniestros se sitúa en segundo lugar. Les siguen la A-6 (12%), y tres vías nacionales: N-122 (10%), N-525 (6%) y N-630 (con el 5%). En sentido decreciente se sitúan la A-66 (4%), N-631 (3%) y, todas con el 2%, N-VI, A-62 y N-610. Con porcentajes ya de esta entidad cierran el triste ranking otras vías comarcales, provinciales y locales.

Hasta el 31 de octubre, la provincia ha registrado 17 víctimas mortales este año, frente a las 16 muertes producidas en 2016, a las que se suman tres en vías urbanas. En ese período, el año pasado constan 1.330 accidentes con daños materiales mientras en 2017 son ya 1.379. Los siniestros de tráfico con víctimas fueron hace un año 106 y en lo que va de éste se han registrado 134. Aumentan también mínimamente el número de heridos hospitalizados y heridos leves.

Por tipo de accidente, en la comparativa de 2016 y 2017, las colisiones se sitúan en primer lugar, con 224 y 116, respectivamente, seguidas de las salidas de la vía, con 98 en 2016 y 103 este año, y los atropellos, 12 en el ejercicio anterior y 6 en lo que va de año.

Distracción, somnolencia y exceso de velocidad suelen ser los principales factores que intervienen en los accidentes de tráfico en la provincia.