El río Duero será el protagonista absoluto de las campañas de promoción turística para el próximo año 2018. El Ayuntamiento de Zamora quiere impulsar el espacio fluvial de la capital como un activo para los visitantes y considera que, junto con el románico, puede originarse un tándem perfecto que consiga el objetivo final de incrementar la permanencia del viajero. Para lograr esta meta, se antoja necesaria la rehabilitación de los ingenios hidráulicos dispersos en la ribera a su paso por la capital. Y ahí entra en juego el dinero europeo.

El concejal de Turismo, Christoph Strieder, ha analizado cuáles son las perspectivas de futuro de este área en Zamora aprovechando la reunión del Consejo Sectorial celebrada ayer en sede municipal. "Es importante que demos un paso más con el río Duero y que lo incluyamos como uno de los principales factores para el turista", explica. El objetivo es complementar el proyecto de las rutas ornitológicas con otros recorridos que discurran por las diferentes aceñas y la conexión con la futura playa fluvial de Cabañales. Ahí entrará en juego el proyecto de cooperación transfronteriza "Flumen Durius" para la recuperación de la ribera del Duero como elemento turístico a ambos lados de La Raya y que tiene a los molinos como primer gran objetivo. Por el momento, existe dinero comprometido para acometer una obra de adecuación de las aceñas de Cabañales y se buscará en un futuro negociar con los propietarios de las aceñas de Gijón y de Los Pisones para acometer una pequeña obra de consolidación.

Una política que persigue "que el viajero se quede en Zamora más de una o dos noches" en un horizonte cercano.