La intensa lluvia no consiguió ganar a la devoción. Decenas de zamoranos acudieron anoche, como cada año, al camposanto de la capital para recordar y ofrecer sus respetos a los fallecidos que se encuentran enterrados allí. Y lo hicieron con la imagen principal la Hermandad de Jesús de Luz y Vida, desde el sábado acogido en la capilla de Santiago, y con el Crucificado de este pequeño templo en el que los zamoranos se recogen durante todo el año, pero en especial el Día de Todos los Santos y de los Difuntos, así como en las vísperas. La Cofradía de las Ánimas de San Atilano volvió a cumplir el ritual del rezo del rosario, paseando la oración por todo el cementerio municipal, a pesar de la lluvia, acompañada de las voces del coro de la Hermandad de Jesús de Luz y Vida. En la explanada del Cementerio Jesús de Luz y Vida espera para comenzar la procesión, a cuyo inicio se escuchó el primer cántico del coro. Las voces volverían a sonar tras la lectura del evangelio, que dio paso a la homilía. El responso con el Jesús de Luz y Vida y el Crucificado también contó con la intervención de la formación musical.