El cantante Pitingo ofrece hoy en el Teatro Ramos Carrión un concierto en el que presenta su sexto trabajo discográfico. En su primera actuación en la sala estará acompañado sobre el escenario por varios percusionistas, un coro góspel o un guitarrista.

-En su primera actuación en el Teatro Ramos Carrión presenta "Soul, bulerías y más".

-Es un trabajo que supone un poco más de todo. Tenemos mucha experiencia a nuestras espaldas y me considero un músico de directo, de ahí que muchas partes del trabajo grabadas en directo. Es un álbum muy conseguido porque la unión de la cultura flamenca, la afroamericana y el soul está mucho más conseguida en esta etapa de mi vida.

-¿Qué le mueve a conjugar estas tres culturas?

-Mi madre es gitana y nací con el flamenco en la sangre. Con nueve años escuché cantar a Aretha Franklin y luego comencé a oír a Ray Charles, Steve Wonder... hice las pruebas de acceso para un coro góspel al que pertenecí durante seis años sin dejar nunca el flamenco. De una manera muy natural uní las dos culturas. Era capaz que hacer cualquier canción de soul en bulería sin desvirtuar las tonalidades del flamenco y del soul. Tenía el concepto en mí, yo soy una fusión, y lo denominé soulería. Es un nombre con gancho y para algunos es un nuevo palo del flamenco, algo que tendrá que decidir el público como en su momento hizo Enrique Morente.

-Quien le ayudó mucho.

-Muchísimo, igual que Carmen Linares o Pepe Habichuela, que participaron en mi primer disco. Recuerdo que cuando me escuchaba Morente le decía que me daban miedo los puristas. No me atrevía a grabar esta fusión y fue él quien me animó a hacerlo. Nunca me he arrepentido de dar el paso y le estoy agradecido porque gracias a este género viajo por todo el mundo y conozco culturas muy distintas. Además, he podido cantar con artistas que ni pensaba que podría hacerlo como Eric Clapton, Alicia Keys, Pink Floy o Juan Gabriel, entre otros. Creo que he logrado cantar con todos ellos porque parto de un respeto absoluto a los géneros que fusiono. Yo ante todo me considero cantaor de flamenco porque lo que me sale de manera natural son palos de flamenco que es una forma de vida.

-¿Hay que renovar el flamenco?

-Sí, pero el ortodoxo es tan rico que en verdad hay poca cosa que aportar. Lo que realmente hay que renovar son los públicos que se puede atraer con otro tipo de música. Así en mis conciertos se viene a escuchar a un coro de góspel, pero también se escuchan unos 30 minutos de flamenco tradicional en el que explico el por qué de cada palo o de qué época son.

-¿Qué le mueve a desarrollar esa faceta tan didáctica?

-Quiero que el público sepa que en España tenemos una de las músicas más importantes del mundo, el flamenco. Muchas veces no lo valoramos y tampoco hay grandes escaparates para el flamenco ortodoxo. Otra cosa es lo que llaman "flamenquito", que no tiene que ver con el flamenco al igual que la soulería. Como decía Camarón, tengo la pureza dentro y la saco cuando quiero. (Risas).

-El flamenco gusta igual en La Línea de la Concepción, que en Coruña que en Barcelona donde recientemente ha cancelado un concierto.

-Efectivamente. El flamenco tiene mucho de folclore de España y de América Latina. El flamenco es la música más difícil que existe en el mundo. En cuanto al concierto de Barcelona cuando fueron los técnicos a montar el sonido no podían acceder al teatro porque las calles estaban cortadas. Vi en Internet que se estaban revendiendo entradas por miedo a no poder acceder. Con el 70% del aforo vendido, con un beneficio de 19.000 euros, decidí aplazar porque lo más importante es que el público pueda acceder sin dificultades. La falta de seguridad para entrar y salir me obligó a posponer el concierto en Barcelona, donde llevo actuando toda la vida. Los asuntos políticos no influyen en mis conciertos, aunque estoy completamente en contra de lo que está pasando en Cataluña y lo que se está haciendo a las personas que están en contra de la independencia. Cancelé por una cuestión de seguridad y de accesibilidad del público.

-En Zamora se estrena en la plaza, ¿qué supone para usted?

-Para mí es como una medicina. El aplauso es la vitamina que te ayuda a seguir. Yo no puedo estar sin el contacto con el público que para mí son mis jefes y son los que me dan de comer. El público decide cuánto tienes que durar y cuándo tienes que bajarte de los escenarios no las discográficas ni los managers.

-¿Siempre se ha sentido respaldado por el público?

-Debo de decir con orgullo que siempre. Excepcionalmente he contado con personas que a través de las redes sociales me han atacado, que decían auténticas burradas y quienes realmente me han defendido son las personas que acuden a mis conciertos.

-A la vuelta de la esquina tiene un viaje a Miami para comenzar a grabar su nuevo disco.

-Voy a tener la suerte de cantar en un concierto con Phil Collins, Laura Pausini, entre otras figuras el 9 de diciembre. El disco la mitad lo grabaré allí y luego la parte flamenca, claro está, en España. Este nuevo trabajo será diferente porque se grabará en directo y tendrá un documental donde estará presente mis dos mitades, la música afroamericana y la música flamenco.

-¿Se plantea algún álbum solo con uno de los dos estilos?

-Ya hace cuatro años hice algo intermedio con colaboraciones muy importantes, pero no me he planteado todavía uno de flamenco entero o solo de soul, pero tengo claro que en un futuro, lo haré, no sé cuándo, pero lo haré por darme el gusto.