Los dueños y los trabajadores de prácticamente todas las autoescuelas de Zamora salieron ayer a la calle para protestar contra la huelga de examinadores de la Dirección General de Tráfico, que encara en noviembre su tercer mes consecutivo sin indicios de que vaya a ser desconvocada.

Los vehículos de las autoescuelas zamoranas salieron del centro comercial Vista Alegre para recorrer, a paso lento, las principales calles de la ciudad. Pasaron por Cardenal Cisneros, Tres Cruces, plaza de La Marina, plaza del Mercado y San Andrés, entre otras, los coches de las autoescuelas llegaron a la Plaza Mayor, donde aparcaron ocupando casi toda la extensión del lugar.

La presidenta de la Asociación Provincial de Autoescuelas, Sonia Alonso, aseguró ante los medios de comunicación que la situación que ya están viviendo muchos de estos negocios es más que delicada. La huelga "dura demasiado" y los beneficios económicos de las autoescuelas se resienten. A día de hoy cada autoescuela debe esperar una media de más de cuarenta días para que le toque el turno de examinar a sus alumnos. Esto conlleva que los aspirantes que suspenden aplazan su formación durante varias semanas, hasta que la fecha del examen está más cerca. Si en condiciones normales las autoescuelas esperan una media de una semana -lo que permite a los que han suspendido realizar prácticas para reforzar su formación- ahora ese plazo se ha multiplicado.

El Gobierno ha propuesto varias medidas para paliar la situación, pero su aplicación es, a juicio de los profesionales del sector de las autoescuelas, muy lenta. Durante las últimas semanas se está formando a varios funcionarios para que puedan desempeñar las labores de examinador, aunque su puesta en servicio no está prevista para un plazo breve. Zamora cuenta con cuatro examinadores y todos están secundando los paros de lunes, martes y miércoles, lo que paraliza totalmente la actividad.