Los pronósticos se sobrepasaron para bien. Una vez más el Festival Flamenco Aficionado no sólo cumplió las expectativas, también las superó. Volvió a colgar el cartel de "no hay entradas" y, como siempre, para nada se hizo pesado, después de cuatro horas largas de buen flamenco. El público vibró desde sus inicios hasta el final, y todos en comunión jonda, tributamos merecido homenaje al prócer de la Flamencología, José Blas Vega. Pepe estuvo presente desde el minuto cero en que Carmelo Romo llamó a arrebato, recibiendo cumplido homenaje, a través de su esposa Maritere Ruiz, y tributado por el presidente Santiago García Martín acompañado de sus directivos.

Abre Eduardo Abril con la cabal sonanta de Luis González para desgranar zambra -nada que ver con la del año pasado- y glorioso ramillete de soleares.

Sigue El León del Pego, el jefe, con impecable cante por seguiriyas, para marcar territorio flamenco, rematando la actuación por taranto. Estuvo acompañado por la contundencia tocaora de Antonio Regalado.

Continúa la gran diva. La de Cabañales afincada en Santa Clara de Avedillo. La monumental Soledad Luna, zamorana hasta los tuétanos y solidaria hasta la extenuación, acompañada por el maestro máximo del toque flamenco zamorano, Miguel Uña y, las palmas y jaleos del joven Raúl García, interpretando granaina y tanguillos de Cádiz.

Daniel, Nanero de Villalpando, todo afición y dolor en su cante, ejecuta alegrías y soleares, llevado en volandas, por la sonanta del propio Antonio Regalado.

Llega el turno de Silvia Castaño, pucelana pero de origen zamorano, concretamente de Cerezal de Aliste, para interpretar soleares y una preciosa y espectacular riestra de fandangos. Estuvo acompañada por Miguel Uña.

Nuestra Eva Valle, magnífica como acostumbra, generosamente adornada por la sobriedad musical de Antonio y el preciosismo de Miguel Uña, además del compás de Raúl García, interpreta canción por bulerías y tangos.

Vicente, El Campanero de Gema, el maestro mayos de los badajos, perfectamente secundado por la sonanta de Luis González interpreta colombiana ajustada a los cánones marcheneros y malagueña grande del Mellizo.

El Torrao, el gran Loren de Villaralbo aterriza sobre el magno escenario con el espectacular toque de Regalado para hacer malagueña de Fosforito El Viejo y soleá con fandangos, siguiendo los cánones de Pepe Pinto.

Inflexión en la noche ¡Bendita inflexión! Nuevos aires frescos para este Festival con pocos límites. Manuel Sadia, el reconocido músico zamorano de folk. Creador e impulsor de Cepa y Sarmientos, con sus sarmientos David y Johel Sadia -un tanto extrañados por dónde se había metido su padre, pero claramente a gusto- interpretan "Todo es de color" de Lole y Manuel. Además de personalísimos campanilleros. Muy aplaudidos por el respetable e instados a repetir el próximo año.

Aparece Rosi Crespo, con el acompañamiento de Luis González, para hacer canción acordándose y, en cierto modo homenajeando, a la trágicamente desaparecida con tan sólo veintiocho años por accidente y dejando a dos niños bebés, Antonia Peñuela. Termina con canción de Pepe Pinto y canción por bulerías, también del sevillano.

Le llega el turno a una excepcional Yoli de Jesús, debutante en este ya magno Festival. Óptima voz flamenca y saber estar, con la magistral sonanta de Miguel El Churre. ¡Qué maravilla! Soleares y alegrías para el recuerdo.

Tito Vacillo, también debutante, de nuevo pone alto el listón. Lo que hizo, lo ejecutó de manera precisa y flamenca. Con la soberbia guitarra de Miguel El Churre. Señalar que con este entregado artista hubo un pequeño mal entendido. En su auto presentación parece ser que omitió el no, diciendo: "Espero ( ) sea la última vez que actúe en este Festival" La realidad es que dijo lo contrario: "Espero seguir actuando". Ejecutó de forma primorosa tientos, tangos y campanilleros.

Como siempre, sacando los quejíos de las entrañas más ancestrales de La Tierra del Vino, José Madridanos, perfectamente comandado por Luis González, la sonanta de Sanzoles, interpretan soleares, media granaina y granaina.

Manolo Pozoantiguo, estoico donde los haya, esperó hasta el final para volver a impartir docencia toresana. No estaba sólo. La sabia guitarra de Miguel El Churre lo guiaba por los vericuetos de lo jondo y las palmas de Raúl García marcaban el compás. Preciosa petenera con bulerías y cuplé por bulerías.

La apoteosis final llegó con el quejío gitano. Enrique de La Juana, al cante, Adolfo Jiménez al toque y, el joven Arturo de la Juana a la percusión, hicieron de forma definitiva las delicias de todos los presentes. Bulerías prolongadas y tangos documentados pusieron broche de gala a la mejor Zamora canta a José Blas Vega. Indudablemente, noche redonda donde las haya

Próxima cita de gran importancia, 24 de noviembre en La Alhóndiga. Conferencias de Manuel Navarro, Coordinador General del Festival Internacional Cante de Las Minas y José Francisco Ortega musicólogo de la Universidad de Murcia. Primera vez que visitan Zamora. Estarán ilustradas por el ganador más galardonado en la historia del Festival, incluyendo la Lámpara Minera 2012, Ricardo Fernández del Moral. Entrada gratuita hasta completar aforo.