"Los archivos eclesiásticos. Entre la fe y el patrimonio" es el título del curso llevado a cabo esta semana en la Facultad de Filosofía y Letras de Valladolid, bajo la organización del Instituto Universitario de Historia Simancas. Entre las experiencias narradas por los profesionales y responsables que se mueven entre archivos de hace siglos estuvo presente José Carlos Lera Maíllo, como representante de Archivo Diocesano de Zamora, invitado para hablar de los "fondos documentales" para el estudio de la Iglesia y la sociedad.

En su intervención, el técnico archivero desgranó uno de los aspectos más complejos del archivo: su evolución a lo largo del tiempo y la organización de sus miles de documentos. Para verter luz sobre un aspecto complicado, Lera Maíllo citó a Catón, para precisar que el archivo diocesano "debe ser fiel reflejo de la vida y actividad de la diócesis a través de su historia y, por consiguiente, inseparable del concepto mismo de diócesis". La documentación, pues, ha de reflejar la "unidad" que existe en el gobierno mismo de la diócesis.

Con el fin de hacer más sencilla la comprensión del órgano, José Carlos Lera habló de los distintos fondos que componen el archivo diocesano. De un lado, el fondo del obispo, compuesto por los papeles producidos por el mitrado y su curia. De otro, los llamados "fondos en custodia o depósito". En este caso, recogen los escritos de las instituciones diocesanas, las asociaciones de fieles y las personas físicas.

El representante del Archivo Diocesano de Zamora realizó un viaje por el pasado para exponer tanto la evolución como los distintos acontecimientos históricos que condicionaron la evolución de este tipo de órganos.

La ponencia sobre la institución zamorana tuvo lugar el jueves, y se vio acompañada a lo largo de la mañana por las intervenciones de José Manuel Ruiz Asencio, José Antonio Fernández Flórez y Santiago Domínguez Sánchez, que hablaron de distintos aspectos, como "experiencias personales" entre los archivos eclesiásticos, los códices de la Catedral de León o el Archivo Vaticano, de forma respectiva.

A lo largo de dos días, la tercera edición del curso "Aprender a historiar" ha incluido todo tipo de temas relacionados con la custodia de la documentación en las instituciones eclesiásticas. Porque los documentos guardados también pueden servir en la actualidad para conocer mejor las cofradías, la música en las catedrales o el conocimiento de determinados aspectos del pasado. Todo un mundo entre paredes.