La Policía Municipal patrullaba en coche en la plaza de Sagasta de la capital zamorana en septiembre de 2016 cuando, sin motivo ninguno, un hombre se aproximó al vehículo y le plantó una "peineta" en el cristal de la luna delantera, un gesto que provocó la reacción de los agentes, que salieron del turismo "para pedir explicaciones".

Lejos de mantener la calma cuando los agentes le pidieron la documentación para identificarle, la actitud del ciudadano, de iniciales J.I.P.G., fue todavía más violenta. No solo se negó a identificarse como le solicitaban los policías, sino que se fue hacia uno de ellos y le dio un puñetazo con fuerza en el pecho. "No me provocó lesiones porque llevaba el chaleco antibalas y me protegió", explicó ayer el policía agredido en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal. La vista se llevó a cabo en ausencia del imputado por un delitosde atentado a la autoridad, por el que el fiscal exige un año de cárcel; y dos de maltrato de obra, por los que pide multa de 1.200 euros.

Esta conducta, cada vez más agresiva, motivó que los dos agentes le tuvieran que reducir y retener hasta que llegó otro vehículo adecuado para trasladarle arrestado hasta la Comisaría. A las puertas del recinto policial, el procesado volvió a mostrar su peor cara cuando, al bajar del coche patrulla, dirigió su cabeza hacia el pecho de otro policía municipal y le descargó con fuerza otro golpe. De nuevo, el chaleco antibalas evitó que el agente sufriera lesiones, declaró el agente en la vista oral, en la que describió a un detenido que "estaba muy alterado, fuera de sí, pero no estaba ebrio", aclaró a preguntas del Ministerio Público.

El fiscal remarcó en sus conclusiones que si los dos policías no sufrieron lesiones no fue porque el procesado, "que estaba alterado pero no por haber consumido drogas ni alcohol", no utilizara la fuerza, sino "porque la vestimenta" de los agentes municipales, que "impidió que la agresión tuviera consecuencias".

El abogado de oficio que le defendía solicitó la absolución "porque es lo que nos toca", indicó no sin mostrar su malestar porque su cliente "no ha querido comparecer en el juicio".