Le conocía desde que tenía 15 años, "hace 35 o 38 años, porque éramos vecinos en la calle de Arapiles", de la capital zamorana, "confié en él porque teníamos muchísima relación", desde "la amistad íntima que tenía con él". La anciana tenía tanta y tan estrecha relación con el acusado, "conocía a sus padres", que no dudó en confiarle 91.984,62 euros para que los invirtiera en productos financieros para sacarle rentabilidad, como llevaba años haciendo, comprándole bonos. Ambos firmaron un escrito, a modo de contrato privado, el 18 de diciembre de 2012 en el que figura que el imputado, de profesión "asesor financiero", percibiría tal cantidad "para comprar productos derivados de MEFF y Eurex".

El negocio, "que iba a tener gran rentabilidad", sirvió para que el experto financiero, de iniciales C.C.T., "se aprovechara de la confianza" que la propietaria del dinero tenía en él porque "otras veces lo había puesto en sus manos" y le había reportado beneficios, según la acusación Fiscalía Provincial. En esta ocasión el desenlace sería diferente, ya que se habría apropiado de toda la cantidad, salvo de 5.000 euros que la presunta víctima pudo recuperar en marzo de 2013, sostiene la denunciante y mantiene la fiscal. Esa entrega, correspondiente a los únicos 17.216 euros de la anciana que parecen documentados mediante transferencia a una cuenta del procesado, se produce cuando la denunciante, pasado el tiempo, no tiene ninguna noticia ni de lo que le rentúan los 98.984,62 euros -de cuya entrega al procesado no guarda un solo documento de entrega o transferencia-, ni del asesor financiero, a quien llama para exigirle explicaciones. A base de insistir, la mujer, que acudió ayer al juicio acompañada por dos personas por sus dificultades para caminar, ayudada por una bastón por su avanzada edad, consigue, que el experto en finanzas se reúna con ella el 13 de marzo de 2013, para cancelar el contrato anterior y recuperar su dinero, de acuerdo con la denuncia interpuesta por la anciana y la acusación formulada por la Fiscalía, que solicitó ayer a la Audiencia Provincial una pena de dos años de prisión y un multa de 2.700 euros por un delito de apropiación indebida o de estafa, según consideren los magistrados. Además exige una indemnización de 86.984,62 euros, cantidad que le resta por reembolsar a la anciana.

El imputado, que es la cuarta vez que se sienta en el banquillo de los acusados investigado por estafa por hechos similares -fue enjuiciado y absuelto en Madrid, La Coruña y Lugo recientemente-, solo admitió haber recibido de la presunta víctima 17.216 euros, "ella nunca llegó a aportar el resto del dinero", declaró ayer en la vista oral. Se trata de un dinero que invirtió en diferentes productos bancarios que, como consecuencia de la crisis, no dieron los beneficios esperados, ya se sabe cómo es la bolsa, "los productos eran de riesgo", aclaró ayer a preguntas de su abogado, que exige la absolución.

Los 91.984,62 euros "era un saldo estimado de cantidades que ella tenía en diferentes entidades, pero solo aportó lo que tenía en una de ellas", los 17.216 euros que aparecen reflejados en la cuenta bancaria del hombre.

La anciana relató que la llevó a la Caixa Galicia, "me llamó" para decirle "que iban a cerrar la entidad financiera, donde yo tenía el dinero, los 91.984, 62 euros, es mentira que solo tuviera los 17.216 euros". Más adelante, cuando reclamó, "me presentaron un papel y lo firmé", se trataba del contrato por el que cancelaba el primero y recibiría más tarde solo 5.000 euros, con al excusa de que "lo metió en productos financieros que dieron pérdidas". Con las inversiones anteriores, "me llamaba y me decía lo que había ganado", nunca le entregó un recibo o documento.