El río Duero llega a la capital cada vez más bajo, pero en los grifos de los zamoranos el agua sale con la misma frecuencia e intensidad que siempre. Las campañas de concienciación para el ahorro en el consumo lanzadas por el Ayuntamiento de Zamora y por Aquona no terminan de calar entre la ciudadanía. Aseveración que se desprende de los datos del último padrón municipal del agua, "en sintonía con los de bimestres anteriores y los últimos dos años", como así manifiesta el edil encargado de manejar la recaudación, José Carlos Calzada. Si bien la situación de sequía continúa en estado de control y por lo tanto no existen restricciones al consumo, lo cierto es que el agua embalsada sigue en mínimos históricos y la falta de lluvias compromete un futuro incierto. Por ello, la administración insiste: hay que cuidar el ahorro de agua.

El padrón del agua en la ciudad de Zamora correspondiente al cuarto bimestre del año se maneja en valores similares de los de bimestres anteriores y a los de los años 2016 y 2015, lo que quiere decir que la campaña de concienciación para el ahorro del consumo lanzada durante los últimos meses desde diferentes estamentos no ha tenido el efecto deseado. "No se ha notado una bajada significativa en el consumo doméstico a causa de la sequía, los datos se mantienen estables", apunta José Carlos Calzada, concejal de Recaudación y Rentas. "Sí que ha habido reducciones en otro tipo de consumos, pero no en el de los grifos de los zamoranos; esto quiere decir que el mensaje no termina de calar entre los ciudadanos", explica.

A pesar de esta circunstancia, Calzada asegura que, por ahora, no existe en el horizonte la posibilidad de tener que reducir de manera drástica el consumo. "Es cierto que el caudal del río Duero ha bajado, aunque por el momento no nos planteamos tomar medidas de emergencia", detalla. "Mientras se mantenga en el nivel actual, no existirán problemas ni restricciones en el suministro doméstico y tan solo se podrá notar en lo referente al riego", explica el edil. Una situación, en definitiva, que se corresponde con los diferentes niveles planteados en el plan de emergencia contra la sequía elaborado por el Ayuntamiento de Zamora.

Y mientras los ciudadanos deciden no modificar sus rutinas domésticas con el agua, los embalses continúan en mínimos históricos tras una larga temporada sin las necesarias precipitaciones que precisa la provincia de Zamora. El mejor ejemplo para ilustrar la situación que actualmente se vive en los pantanos es la del embalse de Ricobayo que, con 1.145 hectómetros cúbicos de capacidad, ve como el nivel del agua alcanza solo para albergar 125 hectómetros cúbicos; o lo que es lo mismo, que se encuentra al 10,9% de su capacidad. La situación mantiene valores similares en los embalses de Cernadilla y Puente Porto. En el lado contrario, embalsan agua alrededor del 80% de su capacidad los pantanos de Castro, Nuestra Señora de Agavanzal, Valparaíso o Villalcampo.

La situación, por lo tanto, resulta tan dramática en los embalses como cotidiana en el ámbito doméstico. Y la administración, por su parte, espera la llegada o no de la lluvia para modificar su política contra la sequía.