Uno de los actores más televisivos de este país actúa hoy en el Teatro Principal con una obra que no dejará indiferente a nadie

-"El pintor de las batallas", que representa hoy en Zamora es un montaje complejo y la adaptación de una novela de Arturo Pérez Reverte.

-La propuesta me llega a través del director y adaptador que es Antonio Álamo, quien me envía el texto, lo leo e inmediatamente le digo que sí porque me parece que un texto tan impresionante como este sería de tontos, siempre y cuando tu tiempo te lo permita, rehusar formar parte del proyecto. Me encantó la obra y mi personaje. Posteriormente me leí la novela de Pérez Reverte, que me fascinó, por lo que me encanta hacer esta obra de teatro y de acometer un trabajo tan difícil.

-¿En qué reside esa complicación?

-En la profundidad de los personajes, que tienen una gran carga dramática. Pérez Reverte, quien fue corresponsal de guerra durante 17 años, estuvo en la Guerra de los Balcanes y la vivió en primera línea, crea a mi personaje, Faulques, que es un fotógrafo de guerra que ve todo el horror de la contienda y sufre con las muertes, mutilaciones y violaciones. Ese personaje en un momento determinado decide dejarlo todo y adquirir un torreón para pintar un mural con las cosas que ha visto, que ha vivido y con la fotografía que no ha hecho. La novela me ayudó mucho a entenderlo. También me ayudó a engarzar a Faulques el director y Alberto Jiménez, mi compañero sobre el escenario, pues es un trabajo de equipo en el que todos ponemos de nuestra parte.

-La adaptación ¿respeta íntegramente la novela?

-El texto original se respeta, aunque existe algún pequeño cambio porque tenemos que tener en cuenta que esto es teatro y hay que darle otra dimensión y por eso el mural que estoy pintado, es el tercer personaje. Al estreno asistió Arturo Pérez Reverte, que no acudió a ningún ensayo y que nos dejó libertad absoluta para el montaje, y tras ver nuestro trabajo nos dijo que un 90% de la obra era biográfica y que le habíamos hecho recordar muchas vivencias y que era la primera vez que aplaudía la adaptación de un texto suyo sin fisuras, cuando todos sabemos que Pérez Reverte no se muerde la lengua. Esta obra es puro teatro, es una obra muy intensa con un profundo trabajo de actores y de dirección. Además no es un montaje que deje indiferente, da que pensar y que analizar, lo que me gusta mucho. Me gusta que el público se pare a pensar.

-¿Gusta de implicarse en proyectos que tienen un más allá de la escena?

-Me implico en proyectos que me enamoran, en personajes que me apetecen y en historias que quiero contar, como es el caso. Creo que esta es una historia que hay que contar porque los entresijos de una guerra los conocemos por la televisión o los periódicos pero desconocemos lo que una persona ha vivido en primera línea, el sufrimiento de un individuo que está trabajando en ese ambiente. Pérez Reverte nos decía que había días que podía haberse implicado más y sin embargo tenía que conectar para dar las noticias. Son momentos en los que tienes que apostar por tu trabajo y son segundos muy duros. Se presenta la disyuntiva de qué pesa más el profesional o la persona y cómo nos comportamos como meros espectadores ante una masacre y no podemos implicarnos.

-Esta obra tiene una gran hondura. ¿Hacen falta más textos como este en el panorama teatral?

-Creo que hacen falta más autores de teatro, que en estos momentos los autores escriban más teatro. Estamos recurriendo a obras antiguas, lo que está muy bien, pero es necesario que autores contemporáneos escriban teatro, que se impliquen con experiencias propias o se las inventen. Estamos en un momento en el que precisamos más autores teatrales. Soy consciente de que es complicado escribir teatro porque yo he escrito una novela, que supone inventarte una historia, explicarla y hacerla más o menos divertida. Lo más complicado del teatro son los diálogos porque hay una serie de personajes que tienen que dialogar, que tienen que decir un texto.

-¿Se ha planteado escribir teatro, microteatro??

-Sí, de hecho ya tengo varias cosas escritas. He creado ya varios textos para microteatro pero los tengo parados porque es muy difícil encontrar el punto justo. Quienes nos dedicamos a esta profesión somos personas creativas que nos gusta interpretar, escribir y en mi caso me gustaría dirigir en un futuro. Yo hago mis intentos en la escritura y no sé si algún día acabé escribiendo una obra de teatro.

-Usted ha acabado en el mundo de la interpretación por?

-Desde los 15 años estoy subido a un escenario, aunque pude vivir de la interpretación con casi 40. Mi padre era actor aficionado, yo iba todos los domingos a verlo y en mi adolescencia empecé con el teatro amateur. Hubo un momento en mi vida en la que tomé la decisión de intentarlo, de dejar todo por dar el paso. Me costó empezar a vivir de esto y es una magnífica decisión porque estoy vivo espiritualmente gracias a la interpretación. Es un trabajo que nos hace tener en la cabeza activa porque tenemos que estudiar, que crear?

-¿Es importante a los niños y adolescentes hacerles descubrir las artes?

-La cultura es lo que marca la idiosincrasia y la trayectoria de una persona. La cultura está menospreciada en este país porque cuando hay intereses económicos es lo que menos interesa. Desde las escuelas deberían promocionarse más el cine, el teatro, la lectura o la música. Es básico que desde tempranas edades descubran lo que son las artes.

-En unos días comienza el rodaje de una película.

-La próxima semana empiezo a rodar una película en Valencia "El desentierro" con Nacho Ruipérez. Durante mes y medio compaginaré el rodaje y el teatro. Estoy muy ilusionado porque el cine era mi asignatura pendiente. Yo he hecho mucha televisión y para mucha gente todavía soy el doctor Vilches de "Hospital Central" porque fueron doce años haciendo este personaje y logrando grandes audiencias.