El segundo gol que el Fuentespreadas marcó al Burganes de Valverde desencadenó una tangana que acabó con casi una treintena de personas (padres, jugadores y aficionados) enzarzadas en una fuerte discusión que acabó con heridos y dos denunciados, el encargado del campo y un jugador del equipo de Tierra del Vino. El representante del club se enfrenta a dos años de prisión y al pago de 13.340 euros de indemnización al lesionado y 2.447 euros al Sacyl, acusado por el Ministerio Fiscal de romper el hombro al padre de un jugador del Burganes. El otro denunciado, jugador del Fuentespreadas está imputado por un delito leve por lesionar a un contrincante de Burganes, hijo del herido más grave.

Los implicados en el altercado saltaron al campo de fútbol después de que comenzaran las protestas por un gol considerado por los aficionados del Burganes fuera de juego en el partido disputado en el campo de Fuentespreadas el 10 de marzo de 2015, con "ambiente hostil entre los espectadores", según el árbitro. Aunque hubo un cruce de acusaciones mutuas sobre quién comenzó a caldear los ánimos, lo cierto es que "los espectadores invaden el campo" y el encargado de campo de Fuentespreadas interviene "para evitar altercados porque es una de mis funciones", declaró en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal.

Cuando el encargado de campo, de iniciales C.V.P., regresaba a su puesto, dio la vuelta y observó que jugadores de los dos equipos se han unido a la tangana, trata de calmar los ánimos, pero "recibo un golpe en el hombro al intentar separarles y me retiro al banquillo", manifestó a preguntas del fiscal. El futbolista de Tierra del Vino, de iniciales H.A.V., observaba el discurrir del partido desde el banquillo cuando se produjo la riña y solo participó "para separar" a los que estaban en plena riña, gesto que le valió "golpes y arañazos", dijo en la vista oral, en la que su abogado pidió su absolución.

El denunciante, padre del jugador del Burganes, terminó con el hombro roto y acusa al responsable del otro equipo de haberle causado la lesión que le mantuvo nueve meses de baja y le condujo al paro, "cuando se incorporó al trabajo le echaron, ¿qué patrón espera tanto tiempo?", indicó su esposa. Su marido, que salió al terreno de juego "separando" a los que estaban enzarzados, relató que C.V.P. "vino a por mí", le dio en la cara, después le agarró desde atrás y le tiró al suelo. Minutos antes, el acusado había reclamado una tarjeta roja para el visitante, ante lo que el padre del jugador replicó que el segundo gol había sido fuera de juego, "él va en mi busca y me pega un tortazo en la cara", aclara a preguntas del abogado del encargado de campo que exige la absolución para este. El jugador del Burganes, al que se le abrió un expediente sancionador por violencia en el deporte, estaba ya en la tangana, también "para separar", dijo, cuando acudió a socorrer a su padre, ya en el suelo, momento en el que el jugador del Fuentespreadas "me agarra del cuello".

El árbitro aseguró que no vio las agresiones y que "paró el partido al ver el tumulto, los delegados de campo me comentan que han estado separando a gente". La Guardia Civil tampoco presenció el altercado entre los acusados y el herido, ni recibió ninguna denuncia hasta tres meses después del suceso. Los testigos manifestaron que hubo "revuelo de gente", pero no ven las agresiones que se recogen en la denuncia. Los jugadores del Fuentespreadas afirman que el público les insultaban.

El fiscal sostuvo en sus conclusiones que "la tangana se produce después de la agresión" del encargado de campo, quien "primero se acerca" al padre del jugador y "le pega un tortazo, después le da un empujón y le tira al suelo", caída que le provoca la lesión en el hombro. El Ministerio Público reprochó al acusado que interviniera en el altercado en lugar de pedir al árbitro o la Guardia Civil que actuaran.