Un informe del centro psiquiátrico penitenciario de Foncalent describre a "El Quintas", Manuel Martínez Quintas, como un individuo "con una personalidad psicopática con rasgos antisociales muy marcados", diagnóstico del que partieron los forenses de los juzgados de Zamora, Antonio González y Montserrat Cano, para concluir en 1998, tras ser detenido e imputado por la triple violación a una joven zamorana, que sufría un trastorno disocial o antisocial de la personalidad. Su conducta sigue "un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás, deshonestidad, incapacidad de adaptarse a normas sociales y de planificar el futuro, agresividad, insensibilidad y ausencia de remordimientos", de "muy elevada peligrosidad". Se trata de un trastorno para el que no existe una terapia eficaz.