Salía Francisco Guarido con cara de pocos amigos del Salón de Plenos. Lo que allí había acontecido durante la sesión le había gustado entre poco y nada. Su socio de gobierno, Antidio Fagúndez, había abandonado el foro de debate de los asuntos municipales minutos antes. Lo hizo mientras los medios de comunicación centraban su atención en la valoración que sobre lo ocurrido estaba haciendo Clara San Damián, quién sabe si para evitar la inevitable pregunta: "¿Por qué?". La portavoz popular, por cierto, no compartía estado de ánimo con el alcalde. Más bien, todo lo contrario. Pero tanto San Damián, como Guarido, como Fagúndez, todos ellos, fueron ayer los actores protagonistas de la jornada: el día en que IU y PSOE mostraron abiertamente sus diferencias.

El Ayuntamiento de Zamora celebraba ayer un Pleno extraordinario con una doble intención. Por una parte, dar entrada a la nueva concejala socialista, Adoración Martín. Por la otra, aprobar de una vez por todas la Ordenanza Municipal de Venta Ambulante que trae de cabeza a su principal valedor, Christoph Strieder. No en vano, los vecinos de Vista Alegre han metido al Consistorio en el Juzgado al considerar que, sin ordenanza, la instalación del mercadillo en su barrio -y en cualquier otro sitio- es ilegal, por lo que se antojaba necesario dar solución al conflicto antes de que se enquistara en los tribunales.

Con estas premisas y el tiempo apremiando -se celebraba una boda tan solo una hora después del inicio del Pleno- arrancaba la lectura del orden del día hasta llegar al punto conflictivo: aprobar, si procediera, la nueva Ordenanza Municipal de Venta Ambulante. Hubo debate. Los grupos mostraron su disconformidad con el texto, principalmente por su "falta de participación ciudadana". Las tres portavoces, Clara San Damián, Reyes Merchán y Cruz Lucas, solicitaron retirar el punto del orden del día. Y así se sometió a decisión de la Corporación.

Todo parecía seguir el guión establecido. En la bancada de la oposición faltaban dos concejales por su imposibilidad de asistir al Pleno, por lo que, pese a estar en desacuerdo con la nueva norma, tan solo podrían sumar once votos contra la Ordenanza, por los doce del equipo de Gobierno. Lo que pocos se esperaban, sin embargo, fue el giro de los acontecimientos que el PSOE iba a dar inmediatamente después. A la hora de cantar los votos a favor, tan solo los concejales de Izquierda Unida levantaron la mano, mientras que los socialistas se abstuvieron. Resultado: once votos a favor, ocho en contra, cuatro abstenciones, la Ordenanza sin aprobar y la crisis en el bipartito más abierta que nunca.

La cara de pocos amigos de Francisco Guarido, como antes se mencionaba, era fácilmente reconocible. Pero no iba a ser él quien primero hablara. De hecho, ni tan si quiera habló. Al finalizar el Pleno, el primer turno de palabra era para Clara San Damián. "Hoy hemos visto cómo se ha roto el matrimonio de conveniencia que nació hace dos años entre IU y PSOE", explicaba la portavoz de los populares. "Una ruptura que va a traer problemas al Ayuntamiento de Zamora, pero principalmente a los zamoranos", ahondaba. "La bicefalia ya es un hecho y tanto el PSOE como IU comienzan a repartirse el poder; lo que ocurre es que están anteponiendo sus intereses ideológicos y partidistas frente a los de todos los ciudadanos de Zamora", criticaba la concejala del PP.

La palabra le llegaba a continuación a Miguel Ángel Viñas, portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Zamora, quien no acertaba a explicar qué había pasado allí dentro. "Es una pregunta que debe responder el PSOE y no nosotros", arrancaba. "Lo cierto es que ellos en comisión votaron a favor de la Ordenanza y aquí se han abstenido. En IU hemos mantenido nuestra opinión de principio a fin, votando lo mismo en comisión que en Pleno", indicaba.

¿Y la versión de los socialistas? "La administración electrónica no nos ha permitido ver los expedientes correctamente y hemos preferido dejar el asunto sobre la mesa hasta analizarlo bien", decían tras la sesión.

Y mientras todo esto acontecía, por si resultara de utilidad para alguien, Adoración Martín continuaba sin área propia dentro del Ayuntamiento por el desacuerdo entre los socios de gobierno.