Impresiona el realismo de las piezas y su gran tamaño. Insectos que cobran fuerza no solo por sus dimensiones, sino por el material en el que están hechos, el hierro, que trabaja de manera singular Juan Carlos Domínguez, quien expone por primera vez en la capital, trayendo su particular fauna a la sala de La Encarnación, donde permanecerá hasta el 22 de septiembre.

-¿Qué se puede descubrir en la muestra "Bichos", su primera exposición en Zamora?

-Llego a la capital después de haber expuesto en Benavente y en Santa María del Páramo, en Toro. El espectador puede ver toda clase de insectos en esculturas de diferentes tamaños, además de una tortuga y la pieza que considero más espectacular, un dragón de gran tamaño.

-¿Qué técnica utiliza para realizar sus obras?

-Trabajo con radial y martillo. Es todo forja en frío, a base de martillazos y soldadura.

-¿Cómo ha desarrollado esta habilidad?

-Siempre me han gustado mucho las manualidades, de hecho mi casa casi por dentro me la he construido yo. Además, se me da bien el tema del hierro tras trabajar durante 15 años en una empresa que se dedicaba a la protección contra incendios, donde montaba tubería industrial. Estuve en térmicas y centrales hidráulicas por la cuenca del Duero y del Sil y también trabajé en refinerías de Portugal y España. Ahí aprendí a soldar y montar tubería, así que los trucos que utilizo para esculpir las piezas que hago se basa en técnicas de calderería. Soy totalmente autodidacta.

-¿De dónde viene esa pasión por el reino animal en general y de los insectos en particular?

-Desde que era pequeño me encantan, desde las libélulas hasta las mantis o las mariposas. Empecé por ese mundo y ahí sigo desde hace tres años.

-¿Cómo es su proceso de creación?

-Miro muchas imágenes y documentales y también, si tengo ocasión, observo a los insectos en directo. En mi taller apareció una mantis junto al jardín y la tengo de modelo, por ejemplo. Mariposas, abejorros, mariquitas... en los detalles soy muy meticuloso, intento hacerlo lo más realista posible, aunque hay algunos elementos que son casi imposibles de ver, así que me los invento. Pero intento que sea lo más real posible.

-¿Qué pieza ha sido la más complicada de hacer?

-El dragón, con mucha diferencia de los demás. Estuve mirando muchas imágenes de dragones y me hice la composición del mío propio, que al final no es igual que ningún otro. Las patas del dragón, por ejemplo, me inspiré en las gallinas del corral de mi suegro. Lo demás salió de mi imaginación. Soy poco de dibujar, solo pequeños bocetos de cuatro garabatos, pero a la idea le doy vueltas en el cabeza y una vez bien masticado me pongo con ello. A veces, estando a media obra surge la improvisación y la idea que tenía preconcebida de cómo lo quería se va hacia otro lado.

-¿Es el dragón la pieza que más llama la atención en la muestra?

-En la mayoría de los casos, sobre todo por su tamaño espectacularidad. Otras piezas que llaman la atención, sobre todo a las mujeres, son las mariquitas y las mariposas, porque es lo que más suele gustar. Después hay gente que te reconoce que son muy aprensivos con los insectos, pero que aún así le gusta la muestra.

-¿Cuánto tarda en terminar una pieza de tamaño medio?

-Una mariposa, por ejemplo, me lleva 140 horas, mientras que en una mariquita invierto 50.

-¿Encuentra la inspiración en San Cristóbal de Entreviñas, donde reside en la actualidad?

-Muy a menudo, porque además, desde que me quedé en el paro hace tres años, no he salido mucho. Fue entonces cuando comencé con esta afición y es en el pueblo donde más me inspiro.

-¿Ha pensado en ampliar su colección con animales más grandes?

-Precisamente estoy ahora con un proyecto para una lechería, que me ha solicitado que le hiciera dos cabras a tamaño natural. También quiero ampliar la técnica, ya que este verano estuve en un taller en el Centro de los Oficios de León con Gabrielle Curtolo, uno gran maestro italiano de forja y toda una referencia en Europa. Aprendí mucho con él y quiero montar una fragua en mi taller, para combinarla con mi técnica actual, ya que me ayudaría a facilitar el trabajo que hago con el hierro.