El pequeño tramo de muralla accesible al público en la trasera de la iglesia del Carmen de San Isidoro ha sufrido una vez más la sinrazón de los vándalos y los fascistas. Hasta una decena de esvásticas coronan el cubo de este lienzo de la fortaleza medieval, pintadas que se completan con todo tipo de frases o firmas sin ningún tipo de sentido. Se trata de la segunda vez que la ultraderecha elige este punto para acometer un delito de daños contra el patrimonio histórico, puesto que hace apenas cuatro años ya se pudo leer en este mismo espacio la frase "Adolf Hitler tenía razón" junto a otro tipo de símbolos nazis. Pintadas que hubo que retirar con un alto coste para el bolsillo de los ciudadanos debido a la utilización de productos no abrasivos contra la piedra.

Los vecinos del entorno de San Isidoro han denunciado nuevamente la ira de quienes no respetan nada. Esvásticas, cruces gamadas, consignas nazis y pintadas prácticamente ilegibles coronan el lienzo de muralla que se mantiene abierto al público anejo a la parte trasera de la iglesia. Unos grafitis que se reproducen tanto en el patrimonio como en la propiedad privada, puesto que la fachada del edificio situado en este punto se ha convertido en el lienzo perfecto para que los vándalos estampen sus firmas o dibujos.

La situación que vive ahora este tramo de muralla del Carmen de San Isidoro y que ha sido denunciado activamente a través de las redes sociales en las últimas jornadas recuerda a la registrada en el verano de 2013. En aquella ocasión, en plena espiral de pintadas nazis a lo largo y ancho de la ciudad de Zamora, aparecieron en el lienzo medieval diferentes símbolos fascistas acompañados de la frase "Adolf Hitler tenía razón". Este episodio ocurrió apenas un año después de la recuperación del entorno y el Ayuntamiento de Zamora, en colaboración con Patrimonio, se puso inmediatamente manos a la obra para eliminar todo rastro de grafiti.

Las pintadas que ahora coronan este espacio han sido realizadas en los colores rojo, negro y violeta. Habitualmente, los vándalos utilizan aerosoles, ácidos, pinturas plásticas o rotuladores que penetran en los poros de las superficies afectadas y que pueden llegar a profundizar hasta un centímetro. También entra dentro de la normalidad que las pintadas se eliminen aplicando una capa de pintura, pero en esta ocasión esa opción queda totalmente descartada al tratarse de un bien cultural. La segunda de las opciones pasaría por el uso de productos químicos, pero esa alternativa ya se desterró en 2013 porque causaría estragos en el patrimonio debido a lo abrasivo y corrosivo de su composición.

Así las cosas, la solución tanto en aquella ocasión como en esta pasa por gastarse el dinero de todos por la inconsciencia de unos pocos. Eliminar pintadas de un Bien de Interés Cultural como es la muralla de Zamora es un proceso "muy costoso y con difícil solución", apuntaban entonces los expertos. Además, exige la coordinación del Ayuntamiento de Zamora con Patrimonio, titular de las murallas medievales de la capital. Hasta que eso ocurra, el cubo del lienzo de fortaleza del Carmen de San Isidoro seguirá presidido por una decena de esvásticas y otro tipo de simbología nazi, ofreciendo una imagen absolutamente lamentable tanto a los propios como a los visitantes y generando el malestar de los vecinos de la zona.