Vecinos del casco antiguo piden la reinversión en la zona del dinero generado por el turismo en el conjunto histórico. La medida es solo una de la ristra de iniciativas que la Asociación de Vecinos del casco Histórico plantea para mejorar el estado de salud de la zona, que ha perdido casi 2.000 vecinos en los últimos doce años. La desertización del área ha llegado a los valores más bajos de las dos últimas décadas con una población actual en la zona que ni siquiera alcanza la barrera del millar, en concreto, 989 personas empadronadas, según los datos facilitados por el Ayuntamiento.

La situación alarma a los vecinos del barrio, que denuncian "adoquines levantados, señales destartaladas, un parque de San Martín sin iluminación y con una fuente sin funcionar, la fachada del parking subterráneo con elementos de la excavación en malas condiciones o sin piezas, ausencia de paso de peatones, suciedad, abandono de solares y olores que no acaban de desaparecer", plantea Carmen Núñez, presidenta de la Asociación de Vecinos del Casco Histórico. El mal estado del adoquinado es, a su juicio, un mal generalizado que "no se puede resolver con los trabajadores del Plan de Empleo sino con profesionales porque si no son parches", plantea.

Las restricciones a la hora de edificar o rehabilitar viviendas en la zona es otro de los caballos de batalla que persigue el colectivo. "La situación está muy difícil, primero porque Patrimonio no deja intervenir apenas y, segundo, porque el propio Ayuntamiento es poco ágil a la hora de conceder los permisos". La situación hace mella también en los comercios, "ya que los negocios tampoco tienen margen de maniobra para hacer nada", critica Núñez.