La pianista Natalia Zapatero es la artífice de la propuesta "Viaje a la libertad" con la que mañana jueves concluye el Verano Cultural. El espectáculo, con entrada libre, arranca a las 22.00 horas en los Jardines del Castillo.

-Usted es la impulsora del proyecto "Viaje a la libertad", que se estrenó en el XI Ciclo de Música Sacra del Desierto de las Palmas, en Castellón, en el año 2010 y se representará mañana en la ciudad.

-Lo hicimos porque fue un encargo realizado por este festival de música sacra. Nos encargaron un proyecto como una propuesta innovadora dentro del evento. Cada año el festival lleva el nombre de uno de los versos de san Juan de la Cruz y ese año era "El pájaro solitario", pero se nos ocurrió un viaje a través de la música y de los místicos de lugares remotos entre sí. La propuesta reúne a autores de distintas épocas a los que les une un hilo espiritual muy fuerte, que hace de hilo conductor. Los textos corresponden a Tagore, Khayyam, san Juan de la Cruz así como guiños a Teresa de Jesús y a Calderón de la Barca.

-¿Qué nos puede decir de la música?

-Está totalmente enlazada y va entremezclada con el texto. La música evoca el alma del místico, es como su musa del místico que va contando su viaje a través de su experiencia, que pasa de fases de duda, de desesperación, luego está iluminado y cuando emprende el viaje ha llevado a sí mismo, ha encontrado la verdad dentro de él. En este viaje a través de la música y la palabra se invita al público a viajar a través de las palabras del místico hacia su interior, hacia sí mismo. Nos gustaría que al final de la obra cada uno se haya ido centrando en su propio pensamiento para llegar al fondo de su alma. Es introspectivo.

-¿Las piezas que toca son creación suya o una selección?

-Es una selección que he hecho a partir de lo que me sugerían los textos. Fue un proceso inspirado en los fragmentos. Hay temas de música tradicional, transcrita por un músico persa, música del siglo XX como obras de Mompou. Es una selección ecléctica pero toda enlaza perfectamente.

-La propuesta diseñada para Castellón y la de Zamora ¿presenta variaciones?

-Sí, el hecho de que una obra la hagas tuya hace que forme parte de ti y la transformas. Además en esta ocasión participa Cristian Santos que hace modificaciones de escena, porque tiene una gran creatividad y se le ocurren nuevos sentidos, de tal forma que parece otra obra siendo la misma. Para hacer algo creíble para el espectador tienes que hacer algo que a ti mismo te convenza.

-Usted ha trabajado con el actor Cristian Santo en más proyecto pero ¿cómo surge su colaboración para este montaje?

-Nosotros nos hemos conocido a través del colectivo Aliza, pues ha sido nuestro director de escena. Con él hemos hecho varios proyectos y un día le hablé de este espectáculo que le entusiasmó.

-¿Para usted que supe llevar este espectáculo en su ciudad?

-Es un proyecto en el que me he involucrado mucho. Con el paso del tiempo adquieres otra perspectiva de la vida y me hace ilusión compartirlo con el público que quiera asistir.

-La obra la van a realizar en los jardines del Castillo. ¿Por qué?

-Se nos ocurrió buscando localizaciones. Hemos optado por una zona que está junto a uno de las pasarelas de madera, donde nunca se hace nada. Apostamos por este lugar porque la muralla crea una barrera acústica natural perfecta para la voz de Cristian y para el piano. Además el punto de vista del espectador puede ser desde el jardín o desde la pasarela. Estamos solo el actor y el piano, que es parte de la escenografía.

-El otorgarle tanto protagonismo sin duda ayuda a romper estereotipos asociados a los profesionales de la música.

-Sí pues parece que los músicos solo podemos hacer determinadas cosas. Se pueden hacer espectáculos muy diversos que puedan llegar a públicos muy diferentes. Ahora mismo hay muchos músicos que provienen del mundo más clásico y que han optado por otros caminos que están acercando la música a públicos que quizá nunca se habrían acercado a salas de conciertos.

-Usted se siente identificada con esta corriente de la que habla.

-Por supuesto. La música tiene que estar con la gente, la música tiene que ser de la gente. No es elitista y está solo en un disco situado en una estantería. La música se reproduce emocionando a la gente. Hay que potenciar los conciertos y proyectos de este tipo pues aproximan a este arte. Además, el público los demanda.

-¿Qué proyectos tiene en los próximos meses?

-El día 7 de septiembre haremos un espectáculo con el marimbista Diego Rubio en el Teatro Latorre en la localidad de Toro. En él, Diego toca con un pintor que pinta un cuadro en director, conmigo y unos bailarines, entre otros muchos artistas que ya compartimos escenario en el Teatro Ramos Carrión. Además tendré un concierto el próximo día 21, en la Biblioteca.