Más de la mitad de las adicciones al alcohol en un grado alto se produce en el medio rural. Sin embargo, los enfermos de los pueblos son los que menos recurren a terapia a consecuencia de "la mentalidad" y del "qué dirán" que impera en determinados ambientes. Así lo confirma el presidente de la Asociación Provincial de Alcohólicos Rehabilitados de Zamora, Miguel Rojo, que reconoce la necesidad de intervenir en el medio rural para atajar la enfermedad. La situación de hermetismo y su pretendida ocultación -"nada más lejos de la realidad, más bien al contrario", reconoce Rojo- se agrava más aún en el caso de las mujeres, ya que "algunas mentalidades se ceban de forma especial con ellas más que con los hombres".

Al menos 3.000 zamoranos de toda la provincia sufren la adicción al alcohol. Sin embargo, ni siquiera uno de cada tres acude a tratamiento a través de la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Zamora, que aglutina en torno a 700 usuarios, según los datos que maneja el colectivo provincial.

El primer contacto con la asociación implica un periodo de valoración antes de adherirse al plan de rehabilitación en sí. El periodo inicial tiene una duración de alrededor de un mes con intervención, sobre todo, psicológica. Una vez transcurrido ese plazo transitorio de valoración y contacto, "arrancan las terapias, tanto individuales como colectivas, y no solo para los enfermos sino para sus familiares, que también requieren ayuda en muchos sentidos", explica.

Rojo alerta sobre el "error generalizado entre los adolescentes de confundir la diversión con la borrachera y el atracón". En este sentido, apela a la "importancia de las charlas de prevención en toda la provincia".

El colectivo trabaja en Zamora desde el año 1990 de cara al tratamiento, deshabituación y reinserción social de los alcohólicos con el objeto de combatir "una enfermedad como otra cualquiera donde todavía hay un problema de concienciación general".