Cuando ocurrió el atropello masivo por las Ramblas de Barcelona, Alberto se encontraba a 120 kilómetros de distancia. El joven, de 21 años y natural de Salamanca -aunque con raíces andavianas-, disfrutaba de sus vacaciones en Cambrils desde el pasado miércoles.

Pese al atentado en la Capital Condal, él y sus amigos se preparaban para salir esa noche. En un primer momento, tenían pensado ir hasta Salou de fiesta aunque el temor a que las acciones terroristas continuaran en una ciudad tan turística le hicieron cambiar de opinión: saldrían por Cambrils. "¿Cómo iba a pasar algo aquí en un pueblo de Tarragona?", se preguntaron.

Sin embargo, una llamada telefónica de la madre de uno de sus amigos alertando de "un tiroteo o algo por el estilo" volvió a cambiar los planes: bajaron las persianas, cerraron las puertas y, finalmente, permanecieron en el alojamiento.