Después de viajar a más de 20 países y vivir en 10 ciudades diferentes, el siguiente destino de la científica zamorana Ana Payo es la Antártida. Su propósito: convertirse en una de las líderes en la lucha contra el cambio climático y la desigualdad de género. Este verano, ha formado parte de la programación de la agrupación La Mayuela, con su conferencia "De Bermillo a la Antártida", contando su trayectoria desde el que es su pueblo y hasta el lugar que visitará en febrero junto a una expedición de 80 científicas. La sayaguesa explica su experiencia en su profesión de oceanógrafa.

- ¿Qué temas abordó en esta mesa redonda?

-A través de un monólogo, expliqué mi trayectoria y los resultados de mi tesis, para pasar a hablar sobre cuál es la situación del cambio climático y concienciar sobre este problema.

- Ha sido una de las tres españolas seleccionadas para participar junto a otras 80 mujeres científicas en el proyecto "Homeward Bound". ¿En qué consiste el proyecto?

-"Homeward Bound" es una iniciativa internacional pionera e innovadora, que integra la igualdad de género, el cambio climático y el liderazgo en el ámbito científico, político y social. El programa ha reunido a científicas de todo el mundo para darnos formación especializada en técnicas de liderazgo, gestión de equipos, relaciones internacionales, elaboración y financiación de proyectos e inteligencia colectiva. El broche de oro es una expedición a la Antártida de tres semanas durante el mes de febrero.

- ¿Con qué objetivos?

-Visibilizar la imagen de la mujer en la ciencia -a nivel europeo apenas hay un 11% en puestos de liderazgo- y luchar contra el cambio climático.

- ¿Por qué la Antártida?

-Es un lugar simbólico por ser emblema de la lucha contra el calentamiento global. Es un icono de la exploración de lo desconocido y lo vemos como un reto: el de hacer que nuestra figura deje de ser invisible y pase a tener voz. Además, buscan que seamos una red de trabajo a largo plazo, y este destino hará que vivamos el viaje de una forma más intensa.

- ¿Cómo consiguió su plaza en la expedición?

-Se partía del requisito de tener un perfil científico y, a partir de ahí, creo que destaqué por haber potenciado la divulgación de la Ciencia haciendo monólogos sobre esta materia con la Big Van.

- ¿Cómo es el perfil del resto de participantes?

-Todas tienen un "background" científico, pero, por ejemplo, hay ingenieras, biólogas, una presentadora de un programa televisivo sobre ciencia o una conservadora de un museo natural. Los perfiles son muy variados para generar diversidad en el equipo.

- "Homeward Bound" es un modelo de proyecto financiado el 60 por ciento por la fundación que lo promueve y el 40 por ciento por cada una de las integrantes del grupo. ¿Cómo está consiguiendo la cantidad que falta?

-Principalmente a partir de donaciones de empresas y particulares. En mi caso, acabo de romper la barrera de los diez mil euros, y me quedaría el otro 50% restante.

- La tesis doctoral que de fendió con éxito en el pasado mes de abril versaba sobre la ecología de poblaciones de aves marinas. ¿Cómo están de amenazadas estas especies?

-Hace poco un artículo de revisión indicaba que las aves marinas son uno de los grupos de vertebrados más amenazados y que sus poblaciones se había reducido en torno a un 70% en los últimos años. Esto es consecuencia de la mortalidad accidental en la pesca, así como por efectos de la contaminación y el cambio climático. El grupo de las aves marinas, como tienen amenazas tanto de la tierra como del mar, es un altavoz que va notificando las señales de ambos procesos.

- ¿Considera que la ciudadanía está sensibilizada hacia el cambio climático?

-No, solo un 42% de la población conoce y está concienciada. En primer lugar, hay muchas personas que no se lo creen y piensan que es de origen natural. Y, en segundo lugar, los que sí lo hacen no tienen claro la magnitud de las consecuencias que vamos a sufrir en los siguientes años ni el coste social y económico que va a suponer. Por ejemplo, sobre el tema de los refugiados, -muy candente por las guerras-, se desconocen datos como que entre 2008 y 2014 hubo 186 millones de refugiados por el clima.

- ¿Qué medidas se podrían considerar para divulgar la Ciencia?

-Por ejemplo, desde la Big Van utilizamos el monólogo como herramienta para hacer llegar nuestra disciplina a los ciudadanos. Pero no solo eso, también para romper el estereotipo de la figura del científico como una persona aburrida, que no sale del laboratorio y que no sabe hablar en público. Este generalizado cliché nos resta autoridad.

- ¿Cómo se está tratando la Ciencia en España?

-Básicamente ha sido maltratada en los últimos años, como otras áreas como son Educación, Cultura o Sanidad. Un dato que lo certifica es que desde 1998 no se han aumentado los presupuestos, algo que deja mucho que desear. Es necesario hacer inversión en Ciencia y no se está haciendo.

- En el caso de España frente a otros países, ¿qué nivel tiene en el campo de la investigación?

-Los científicos españoles fuera de nuestro país están muy cotizados y es, principalmente, porque tenemos muy buena formación y por el nivel de competitividad que hay. Esto hace que cuando vamos fuera es mucho más fácil, mientras que aquí las posibilidades son pocas o ninguna. Por otro lado, los que tienen la suerte de conseguir una plaza para investigar en España, no tienen recursos para desarrollarla, con lo cual es un pozo.

- ¿Cómo podría evitarse la llamada "fuga de cerebros"?

-Fundamentalmente invirtiendo. Es una decisión pura y meramente política la de elegir qué modelo de desarrollo queremos tener.

- El proyecto en el que participa pretende dar visibilidad a las mujeres científicas, ¿cómo es la situación de las investigadoras en España?

-Recientemente un estudio del CSIC nos situaba en una buena posición, en comparación con otros. Sin embargo, aún queda mucho camino por hacer.

- ¿Qué le esta aportando la experiencia de participar en "Homeward Bound"? ¿Qué expectativas tiene del viaje a la Antártida en el mes de febrero?

-Supone muchísimo trabajo compaginar nuestro empleo con el proyecto, así como con la tarea de conseguir financiación, pero merece la pena. Estoy aprendiendo muchísimo. Además, el viaje me hace especial ilusión por conocer a todas las personas con las que llevo un tiempo trabajando a distancia.