La amenaza de un accidente mortal se acrecienta en las azudas que están dañadas, especialmente la de Cabañales, resquebrajada por debajo de la construcción, que "tiene ferralla además de grandes piedras. Se he ha formado un agujero que tiene efecto sifón: el agua pasa por debajo y se mete por él con gran fuerza. Es como un sumidero, si alguien cae ahí, se ahoga porque te absorbe la corriente que forma el agua al pasar por el agujero", explica Óscar Vaquero, el experto en rescate acuático, salvamento y socorrismo, bombero del Parque del Ayuntamiento de Zamora. Precisamente, los bomberos han acordonado esa parte con boyas para que los piragüistas se mantengan a varios metros de esa zona especialmente peligrosa, por cuya azuda pasan ciudadanos desde julio, cuando el caudal ya bajó mucho.

La otra presa más peligrosa es la de Olivares, también rota en su mitad, en forma de "V", con lo que quien pasa por allí "se expone a caerse y que le arrastre la corriente para dentro del río, te puede llevar". La azuda que está por debajo del barrio de Olivares está igualmente rota.

La causa del deterioro es, fundamentalmente, el impacto de objetos, ramas y troncos, que arrastra el río, "se hincan entre las losas de grandes dimensiones del dique", explica el arquitecto Francisco Somoza, unas construcciones que "no son lugares para el paseo".

"Son saltos de agua, la fuerza de la corriente que pasa por ellos te arrastra, te puedes ahogar si no controlas el medio acuático"