-La Estadística es una ciencia que ofrece una radiografía de lo que nos rodea pero todavía está alejada de la población.

-Efectivamente aportamos unos datos que se extraen de una manera científica y de acuerdo a unas reglas que ayudan a demostrar las cosas. Socialmente no es una ciencia muy conocida porque no se sabe qué hacemos por lo que ni tan siquiera nos valoran. La Estadística sirve para poner sobre la mesa evidencias y también para hacer un pronóstico. Es una ciencia que tiene varios grados, la parte más sencilla es la descriptiva y esa te permite hacer una radiografía pero también te permite hacer una previsión, la más conocida la meteorológica, pero hay muchos más ámbitos de aplicación. Ahora estamos en un momento en el que la Estadística está mucho de moda porque tiene muchos que decir en cualquier ámbito. Así en la biomedicina tiene, desde hace años, mucha importancia y ahora se están dando cuenta de que en otros campos también juega su papel.

-Dice que este saber atraviesa un buen momento. ¿Hacia dónde cree que evolucionará?

-Hasta el momento los estadísticos trabajábamos en ámbitos más académicos y científicos pero ahora está entrando en la empresa, aunque las grandes multinacionales como Coca Cola lleva años con profesionales de este campo. Ahora las empresas se están dando cuenta de que la recogida de datos y el análisis correcto de los mismos, que los datos te hablen, ayudan a la hora de la toma de decisiones y también está ayudando a obtener mejores resultados económicos. La demanda de estadísticos ahora mismo es enorme, de hecho existe más demanda de profesionales que personas formadas.

-Por lo que dice existe un nicho laboral.

-Un nicho enorme. Actualmente estos estudios tienen muchas salidas. En Valladolid tenemos el grado de Estadística y los alumnos del curso pasado el día que se graduaron todos tenían ya un contrato laboral.

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-Con la puesta en marcha de esta normalización que defiende, en última instancia, se frenaría la sangría de la emigración juvenil, una de las losas que soporta Castilla y León.

-Sin duda porque un joven cuando se va a estudiar es más fácil que haga su vida ya fuera. La carrera donde el problema es más serio es en Medicina. Nuestros jóvenes no es que se tengan que ir por quererla cursar, es que no pueden ni optar a formarse como médicos en su tierra. En Castilla y León estamos dejando de formar a médicos que desean serlo y sí se preparan a otros jóvenes de fuera, que inicialmente es más probable que se vayan a otros territorios. No sé si se ha pensado en las consecuencias que habrá a largo plazo.

-La comunidad educativa universitaria ¿cómo acogen su planteamiento?

-No lo entienden. Poca gente ha intentado hacer el esfuerzo de intentar comprender la normalización de las notas, pero quienes lo han entienden les ha parecido un procedimiento justo. Resulta complicado hacer ver este planteamiento a las autoridades académicas y a los responsables políticos regionales.

-Se han reunido con representantes educativos regionales entre ellos el consejero de Educación, Fernando Rey, ¿cómo acogió su mensaje?

-Sé que Fernando Rey ve justa nuestra reivindicación y ha pedido públicamente un examen único. Le veo hablar pero no actuar. Si yo fuera el consejero de Educación de Castilla y León ya me hubiera plantado. Es una situación muy grave. El primero que tiene que defender a los estudiantes de Castilla y León es el propio consejero y la situación el curso que comenzará en breve será todavía más grave y él ha dejado que pase. No puede ser que un curso más dejemos fuera a estudiantes de Castilla y León. Si se realizara la normalización el sistema educativo de Castilla y León ni de ninguna región se resentiría.

-Usted tiene un hijo que el pasado año accedió a la universidad, por su experiencia como madre y como docente ¿los padres son conscientes de la situación existente en este momento?

-No, no. No son conscientes hasta que no se topa con ello, hasta que no les afecta a uno de sus hijos. Yo lo llevo avisando desde hace años... y los padres y los muchachos hasta que no se enfrentan con el problema no reaccionan e incluso algunos no se enteran de cómo está la situación hasta que no hacen el examen. Lamentablemente la gente no es consciente del grave problema.

-Y ¿los docentes de Secundaria son conscientes de las desigualdades que acarrea el actual sistema de acceso?

-En mi opinión, los profesores de instituto sí. Yo creo que son un poco más conocedores de lo que pasa que los alumnos y los padres. No obstante el pasado curso estaban despistadísimos con cómo iba a ser la EBAU, que ha sido un verdadero desastre. No ha estado nada claro. Desde mi punto de vista los profesores de instituto han sido unas víctimas más del cambio de la prueba porque no les daban información alguna y ellos tampoco podían informar a los alumnos ni resolver las dudas que tenían sus alumnos.

-El profesorado sí conoce la situación, pero ¿está implicado en la reivindicación de un cambio?

-Ellos, sin duda, ven el problema pero luego la gente no se implica y es muy cobarde; no se atreve a dar la cara. En muy curioso porque en una ocasión contactaron conmigo desde un medio de comunicación y me pidieron que localizara a profesores, padres y jóvenes afectados. Contacté con varios pero luego la gente no quería dar la cara.

-Quizá esa actitud es un reflejo más del conformismo existente en Castilla y León, un territorio que parece estar condenado a ser tierra de emigrantes.

-Sin duda es un ejemplo más de la resignación existente en la sociedad.

-Su estudio y sus propuestas ¿cómo las han acogido en las universidades privadas, las grandes beneficiadas por esta discriminación?

-Pues no tengo una noción pues nadie me ha hablado ni yo me he puesto en contacto con ellos. Ellos fijan sus sistemas de acceso ad hoc. Ellos sabrán que no pueden utilizar las notas de la EBAU porque no son justas.

-¿Fuera de la región se conoce la normalización que usted abandera?

-En Galicia existe ya un interés y en Navarra hace unos días hablé con una profesora de Estadística de la Universidad de Navarra y le parecía muy interesante el estudio que he realizado.

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