Un tendedero, un somier, un colchón, una mesa... No, no es el menaje de una casa en alquiler. Es lo que cualquier ciudadano podrá observar si se acerca a dar una vuelta por el antiguo Polvorín de Los Bloques. Este edificio, catalogado por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), presenta un estado auténticamente calamitoso desde hace años. Tanto es así que los vecinos del barrio se han hartado y han comenzado a denunciar la situación de desidia de un inmueble que data del siglo XVIII. "El nuevo punto limpio", como alguno de los zamoranos ya lo llama, se ha convertido en un lugar cargado de suciedad y de pintadas. Una escombrera. Un final muy poco apropiado para un edificio histórico e íntimamente relacionado con el Castillo de Zamora.

El Polvorín del barrio de Los Bloques ha visto cómo han ido pasando los años sin que nadie se fije en él. Por eso, ahora es un lugar muy degradado en el que se acumulan, como si de un vertedero se tratara, restos que la gente ha ido depositando. A ello hay que sumar los desprendimientos del propio edificio, la maleza del entorno y las pintadas de sus muros para encontrarse con una fotografía deplorable para un inmueble histórico. Un estado que ha terminado por cansar a los vecinos, que piden al Ayuntamiento de Zamora una intervención de urgencia en la zona para evitar una mayor degradación en un espacio ya de por sí maltratado.

Tal y como indica su nombre, el Polvorín es un edificio sencillo destinado, en su día, a almacén de pólvora y otros explosivos que se empleaban para la guerra, con capacidad para 1.000 barriles. Fue proyectado en 1737 por el ingeniero Militar Pedro Moreau y, como señaló el historiador Cesáreo Fernández Duro, su construcción fue solicitada por la ciudad en previsión de los daños que podía ocasionar "cualquier accidente desgraciado, en vista de la gran cantidad de pólvora que estaba depositada en el Castillo medieval, tan inmediato a la población". De ahí su ubicación extramuros, en un sitio por entonces fácilmente defendible en el extrarradio urbano.

Lo cierto es que el Polvorín es un edificio catalogado en el PGOU dentro del grupo de Protección Estructural A (PEA), donde se encuentran otros edificios históricos como el Puente del Ferrocarril o el Puente de Piedra. De hecho, en la ficha correspondiente en el Plan de Ordenación se establecen unas obligaciones y directrices de conservación ante el estado "deficiente" del entorno que incluye la restauración, consolidación y rehabilitación básica del espacio y se proponen como usos permitidos las dotaciones comunitarias. Unas perspectivas de futuro que, a día de hoy, parece una auténtica quimera para un edificio degradado en plena capital.