Bancos, cajas y cooperativas de crédito suman en la provincia un total de 41 oficinas abiertas. Nunca después de 1970 ha habido tan pocos locales abiertos en Zamora, lo que ha provocado la "desconexión" de sus cuentas del 75% de los pueblos del medio rural. La resaca de la crisis económica, cuyos rescoldos aún están calientes, ha provocado que las entidades cierren buena parte de sus sucursales, siendo los pequeños pueblos los más afectados por la medida. En la capital, además, las diferentes fusiones como la de EspañaDuero han provocado también la desaparición de varios puntos de atención, casi una decena en los últimos dos años.

Hace casi cuarenta años, en 1980, la provincia de Zamora mantenía a lo largo de su territorio más de 70 oficinas bancarias abiertas. Hoy, ese número se ha reducido drásticamente hasta las 41 sucursales repartidas entre unos pocos municipios, 17 de ellas en la capital. Los datos aportados por la Asociación Española de la Banca (AEB) sobre la evolución del número de oficinas son desoladores. El 75% de los pueblos de la provincia no tienen a mano un banco y sus ciudadanos deben desplazarse para realizar cualquier gestión que implique estar físicamente en la oficina.

La reestructuración bancaria es la gran culpable de que la situación se haya recrudecido hasta niveles anteriores a 1970. Bancos, cajas y cooperativas no han podido soportar el peso de la crisis económica y se han visto obligados a tomar medidas drásticas: desde el cierre de oficinas hasta la fusión de entidades, que también supone el cierre de oficinas. Solo en los últimos dos años, Zamora ha perdido una quincena de sucursales en todo su territorio, al pasar de las 54 del año 2015 a las 41 actuales. El peso de los cierres ha caído también sobre la capital, que mantenía 25 oficinas abiertas en aquel año por las 17 al cierre del curso 2016.

A la hora de eliminar oficinas, las entidades siguen el criterio de la rentabilidad. Una premisa que siempre se ceba con los más débiles y por eso ocho de cada diez pueblos de la provincia de Zamora no tienen un local al que puedan dirigirse sus habitantes para realizar sus gestiones de banca. Como contrapunto, algunas de las entidades que operan en el territorio zamorano se desplazan con autobuses a estas localidades que no tienen sede física. Es principalmente Caja España la que presta este servicio, aunque trabajadores de Caja Rural también se dirigen puntualmente a las pequeñas localidades para facilitar las gestiones a quienes allí viven. Estas visitas, no obstante, se suelen limitar a una vez por semana, por lo que los problemas continúan.

A día de hoy, Zamora cuenta con una oficina para cada 4.400 habitantes, una situación que, lejos de mejorar, tiene visos de ir a peor.