Acaba de cumplir treinta años, ya que se puso en marcha en el curso 1986-1987. El colegio Virgen del Castillo sigue siendo el único centro de educación especial de la provincia, destinado a prestar atención a estudiantes con necesidades educativas específicas. "La escolarización del alumno empieza tras la detección de necesidades educativas especiales y la elaboración de un informe a través de un grupo de expertos, que, de conformidad con los padres, dictamina su escolarización en la Educación Básica Obligatoria", explica Óscar Muñoz Hernández, jefe de estudios.

Este último curso han pasado por sus aulas 72 alumnos, con edades comprendidas entre los 6 y los 21 años. De ellos, una treintena han estado internos en la residencia con la que cuenta el colegio. Respecto a los profesores -un total de 65- están especializados en Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje.

Uno de estos docentes es Gustavo Adolfo López, quien explica que las clases giran alrededor de un currículo propio. "A estos niños hay que anticiparles las actividades que van a hacer durante la jornada, adaptárselas a su situación personal y, sobre todo, hacérselas muy visuales", resume.

Desde este último curso, Marina Calabuig es la directora del colegio. "Aquí no hacemos jornadas especiales de puertas abiertas, los padres pueden venir cuando quieran a conocer el centro y ver cómo trabajamos", invita. De esta manera, también pueden descubrir todas las instalaciones con las que cuentan, desde jardines hasta sala de estimulación, comedor, biblioteca o incluso un huerto.

El objetivo de normalización está tan arraigado que estos alumnos, del mismo modo que se hace en otros colegios, además de celebrar fiestas como el magosto, las navidades, el carnaval o el fin de curso, también participan en actividades extraescolares en el teatro, la biblioteca o los museos y reciben visitas de diferentes colectivos, como clubes deportivos. Una manera más de sentirse parte de la sociedad, a la que saldrán bien preparados.