Fue en el curso 2006-2007 cuando el zamorano Arturo Calvo Devesa, estudiante por entonces de Ingeniería Informática, cursó seis meses en Bruselas, para realizar el proyecto de fin de carrera. "Quería un destino donde pudiera practicar francés y que estuviera bien comunicado para viajar por Europa", recuerda. "Hay gente que piensa que esta beca es una fiesta de estudiantes pagada por todos los europeos, pero es precisamente en esa comunidad donde realmente se hace fragua el proyecto europeo", defiende.

Parte de su éxito profesional actual se inició con ese viaje. "Sin ir más lejos, conocí a mi principal compañero de negocios", apunta. "Al margen de perfeccionar los idiomas, las empresas valoran mucho la experiencia internacional y saber valerte por ti mismo. Recomiendo esta beca", finaliza.