Cerrar los ojos y dejarse llevar por las esencias. Es la recomendación que ofrece el "pincha olores" zamorano Víctor Hernández, un artista y creador involucrado de lleno en "Experiencia Lobo", el nuevo proyecto de "Mejor con arte" en colaboración con el Ayuntamiento de Zamora para crear una experiencia sensorial en torno a la figura de Baltasar Lobo.

-Vayamos al grano... ¿Qué es un "pincha olores"?

-Es un medio más de expresión artística a mayores de la física o la verbal para llegar a otro tipo de sensaciones diferentes. La esencia es ésa, recrear ambientes y experiencias sensoriales a través del sentido del olfato sumado a los otros más.

-El sentido será una de las bases del proyecto "Experiencia Lobo", un recorrido sensorial que arranca esta semana.

-Exacto. Serán sesiones en las que lanzaremos un texto acompañado de luces y música, pero lo más importante será evocar una esencia verbalmente y luego expresarla en otros formatos, entre ellos, a través de los olores. Es como insinuar, primero, para mostrar la esencia, después.

-¿Se puede recrear cualquier olor?

-Yo diría que sí, o casi cualquier al menos. Nosotros trabajamos con un laboratorio de Madrid que puede reproducir cualquier aroma que podamos llegar a imaginar, por ejemplo, el olor a guerra.

-¿Y cómo se reproducen aromas tan particulares como los de la guerra?

-La magia se hace en el laboratorio, donde hacen mezclas perfectas con esencias ahumadas, en el caso de la guerra, que evocan a una trinchera y a esa sensación de tierra humeante.

-¿Ser "pincha olores" es una profesión?

-Sí, es una profesión que empieza ahora a manifestarse. Si hay un laboratorio que crea esencias es porque alguien con anterioridad ha buscado ese olor. Se trata de un proyecto innovador que no debe de hacer mucha gente y que surgió a raíz del proyecto de Lobo, que nace como una iniciativa pionera y original nuestra.

-¿Cómo se guardan los aromas?

-En formato tarro. Después se dispensan con difusores escénicos que esparcen el olor.

-¿Y cuánto cuesta recrear un olor?

-No quiero dar cifras exactas, pero no es nada barato. A modo aproximado, diré que nosotros usamos cinco esencias y la inversión está por encima de los 700 euros.

-¿Por qué fue Baltasar Lobo el elegido como eje conductor de esta experiencia sensorial?

-Porque buscábamos un personaje insigne y potente como él. Creo que ahora es cuando estamos empezando a darle el sitio que merece. Fue uno de los grandes artistas olvidados que hizo mucho por España en el arte y, a mi entender, era necesario rendirle este tributo.

-¿Qué radiografía hace del movimiento cultural zamorano?

-Lo primero es evitar la fuga de cerebros. En Zamora hay muchos movimientos aficionados y profesionales, pero nos cuesta mucho hacernos un hueco. La juventud está desencantada aunque parece que ahora nos empezamos a concienciar del potencial de nuestra ciudad y ya intentamos hacernos oír porque cuando lo hacemos Zamora escucha.