Por primera vez desde el inicio de la crisis económica, el sector de la construcción ha comenzado el año con buenas sensaciones si se comparan los resultados con los del pasado periodo. Las estadísticas sobre obras nuevas autorizadas por el Colegio de Arquitectos de Zamora demuestran que el sector coge aire y registra más actividad que el año pasado. Aunque las cifras todavía no son, ni mucho menos, para tirar cohetes, lo cierto es que se trata del primer crecimiento interanual en mucho tiempo.

Con los datos en la mano, entre enero y abril de este año (mes hasta donde alcanzan las estadísticas) han comenzado las obras de un total de once edificaciones en bloque repartidas por toda la provincia. Puede parecer que no son muchas, pero en el mismo periodo del año pasado apenas se dieron cuatro licencias para obras de estas características. Para comparar, sirva apuntar que en todo el año 2012, ya con la burbuja inmobiliaria totalmente pinchada, solo se concedieron doce licencias durante todo el año, una cifra que casi se ha alcanzado ya con las dos terceras partes del ejercicio todavía por delante.

Sin embargo, pese a que la situación mejora, cualquier intento de comparación con los tiempos previos a la crisis económica refleja la enorme caída que arrastra el sector. Por ejemplo, solo en septiembre del año 2006 se concedieron licencias para construir 449 bloques de edificios en la provincia de Zamora. Es una cifra totalmente desmesurada para las características de la provincia y marca el máximo histórico en este sentido.

Durante los años anteriores a la llegada de la crisis la media de visados mensuales para edificios en bloque superaba de largo los cien, existiendo muchos meses en los que la cifra de los doscientos quedaba atrás. De vuelta a la actualidad, la construcción de viviendas unifamiliares también registra unos buenos datos. Lo cierto es que los bloques, por la situación actual del mercado inmobiliario, son más complicados de construir porque los promotores quieren asegurar un buen número de pisos vendidos antes de comenzar las obras, algo que obliga a vender sobre plano con las dificultades que conlleva. Las viviendas unifamiliares, en cambio, se pagan por la propia familia que las va a habitar, que en muchos casos suele asumir el coste de las obras. Entre enero y abril se han concedido 40 licencias de obra para casas unifamiliares en la provincia de Zamora cuando en el mismo periodo del año pasado se llegó a las treinta.

De nuevo, comparar los datos actuales -que son mejores que los de 2016-, con los previos a la crisis ofrece resultados sorprendentes. En agosto del año 2004 el Colegio de Arquitectos concedió la friolera de 275 licencias para viviendas de una sola familia en la provincia de Zamora. Es el máximo histórico de una serie que en varias ocasiones se ha quedado en el entorno de las cien nuevas licencias.

Las reformas, que llegaron a convertirse en el nicho en el que se refugiaron muchos profesionales de la construcción, también crecen, aunque lo hacen a un ritmo inferior que el que mostraron hace unos años. El Colegio de Arquitectos ha dado el visto bueno a la realización de 32 reformas que necesitaban permisos especiales por las 26 del mismo periodo del año pasado, según los datos de Fomento.